Gentileza: Dra. Maria Della Rodolfa- Salud Sin Daño
ENVIRONMENTAL SCIENCE AND TECHNOLOGY
Science News –
12 Marzo 2008
Las clínicas dentales contribuyen con la carga de metilmercurio.
La bacteria que metila el mercurio vive en el líquido cloacal encontrado a la salida de las trampas dentales.
Entre los químicos que finalizan en los desagües en las clínicas dentales, el mercurio de las amalgamas ha recibido probablemente la mayor atención. Investigadores han sospechado que la formación de metilmercurio, la forma neurotóxica del mercurio, puede producirse en el liquido cloacal. En el estudio publicado en ES&T (DOI: 10.1021/es7027058) , los investigadores han encontrado una fuerte correlación entre los niveles de metilmercirio y la presencia de la bacteria metilante en aguas cloacales . Los investigadores tomaron muestras de los tanques colectores de agua que salen de las sillas odontológicas dos consultorios en Chicago, para ver que puede esta viviendo y metilando en las aguas cloacales.
El mercurio de las amalgamas dentales que recibe una planta de tratamiento de agua cloacal puede llegar a contener hasta un 15 % de mercurio total , de acuerdo a una investigación previa de la Asociación Americana de Odontología ( American Dental Association -ADA) . Se ha calculado que la emisión promedio en un clínica dental es de hasta 35 miligramos por día de amalgamas. Diversos mecanismos para atrapar el mercurio antes de que sea liberado en las aguas cloacales son ahora más eficientes, llegando a capturar hasta el 40-80% del mercurio liberado de las amalgamas-dependiendo de su configuración, las cañerías de la clínica y otras características. Los nuevos separadores de amalgama pueden capturar hasta un 99% del mercurio del lavado de la boca de un paciente.
Las aguas cloacales también pueden servir como medio de la especie de bacterias reductoras de sulfato: Desulfobacteraceae y Desulfovibrionaceae, ambas conocidas como metilante a alta velocidad del mercurio de acuerdo a Karl Rockne y colaboradores de la Universidad de Illinois Chicago. El grupo tomó muestras de los tanques colectores en más de una docena de sillas odontológicas en dos clínicas dentales en la zona de Chicago. Ellos midieron mercurio total y metil mercurio en muestras de agua precipitada y agua mixta. Luego utilizaron la cadena de reacción de polimerasa cuantitativa para identificar la bacteria metilante.
Rockne dice que primero estuvieron sorprendidos por el volumen total, que llega a 5 kilogramos de metil mercurio por año para todo los Estados Unidos (El trabajo previo del equipo había estimado un total de un kilo de mercurio por silla por año).
Sus resultados también mostraron que las proporciones de mercurio metilado a elemental o iónico resultaron ser buenos indicadores de la formación de metilmercurio; las concentraciones de metilmercurio identificadas fueron entre 10-40 veces menores que las de mercurio elemental.
El grupo concluyó que la bacteria reductora de sulfato es responsable del metilmercurio en las aguas cloacales dentales. Pero no pueden precisar si la metilación ocurre en la boca de las personas o más abajo en la cadena. Como trabajo futuro, el grupo planea estudiar otros metales en amalgamas, incluyendo plata, que puede ser toxico para la bacteria.
Muchos mecanismos atrapan con éxito el mercurio, pero no han sido construidos para capturar metilmercurio. Controversias asociadas sobre los efectos en la salud humana por las amalgamas con mercurio han resultado en una disminución del uso de amalgamas, dice Rockne, pero aún son muy utilizadas.
“En teoría, se conoce (que el mercurio podría ser convertido) en las aguas colócales por si mismo en metilmercurio “ dice Rod Mackert , profesor de materiales dentales en el Medical College of Georgia School of Dentistry y portavoz de ADA en el tema mercurio. El agregó que esta nueva investigación podría ser la primera evidencia directa de donde sucede esa formación.
Mark Stone del Instituto Naval de Investigación Dental y Biomédica y colaboradores han reportado recientemente concentraciones de metales en agua cloacal dental , incluyendo diferentes tipos de mercurio. Stone dice que este nuevo trabajo es importante, pero que “otras bacterias reductoras de sulfato conocidas por metilar el mercurio pueden contribuir a la producción de metilmercurio”.
Mackert enfatiza que la cantidad total de metilmercurio encontrado por el grupo es
“infinitesimal “, particularmente cuando se compara con el total de mercurio y metilmercurio que emiten al ambiente otras fuentes, tal como la quema de carbón y la minería de oro.
En septiembre último ADA como asesor de manejo de mejores prácticas comenzó a animar a los dentistas a que cambien por separadores de amalgamas más eficientes. “Parece una buena idea “dice Mackert para lograr detener la llegada del metal en sus diversas formas a las plantas de tratamiento, donde terminaría en el lodo cloacal , frecuentemente vendido para ser utilizado en el campo.
Rockne coincide que “las trampas dentales son solo una de las fuentes de metilmercurio al sistema de aguas colócales” y de las pequeñas. Pero como las clínicas dentales tienen un sistema de cañería simple, solucionar el problema allí es más fácil que la reducción de otras fuentes de mercurio, incluyendo comida y el depósito del aire. NAOMI LUBICK
Articulo completo en ingles: ES&T (DOI: 10.1021/es7027058)
ENVIRONMENTAL SCIENCE AND TECHNOLOGY
Science News –
12 Marzo 2008
Las clínicas dentales contribuyen con la carga de metilmercurio.
La bacteria que metila el mercurio vive en el líquido cloacal encontrado a la salida de las trampas dentales.
Entre los químicos que finalizan en los desagües en las clínicas dentales, el mercurio de las amalgamas ha recibido probablemente la mayor atención. Investigadores han sospechado que la formación de metilmercurio, la forma neurotóxica del mercurio, puede producirse en el liquido cloacal. En el estudio publicado en ES&T (DOI: 10.1021/es7027058) , los investigadores han encontrado una fuerte correlación entre los niveles de metilmercirio y la presencia de la bacteria metilante en aguas cloacales . Los investigadores tomaron muestras de los tanques colectores de agua que salen de las sillas odontológicas dos consultorios en Chicago, para ver que puede esta viviendo y metilando en las aguas cloacales.
El mercurio de las amalgamas dentales que recibe una planta de tratamiento de agua cloacal puede llegar a contener hasta un 15 % de mercurio total , de acuerdo a una investigación previa de la Asociación Americana de Odontología ( American Dental Association -ADA) . Se ha calculado que la emisión promedio en un clínica dental es de hasta 35 miligramos por día de amalgamas. Diversos mecanismos para atrapar el mercurio antes de que sea liberado en las aguas cloacales son ahora más eficientes, llegando a capturar hasta el 40-80% del mercurio liberado de las amalgamas-dependiendo de su configuración, las cañerías de la clínica y otras características. Los nuevos separadores de amalgama pueden capturar hasta un 99% del mercurio del lavado de la boca de un paciente.
Las aguas cloacales también pueden servir como medio de la especie de bacterias reductoras de sulfato: Desulfobacteraceae y Desulfovibrionaceae, ambas conocidas como metilante a alta velocidad del mercurio de acuerdo a Karl Rockne y colaboradores de la Universidad de Illinois Chicago. El grupo tomó muestras de los tanques colectores en más de una docena de sillas odontológicas en dos clínicas dentales en la zona de Chicago. Ellos midieron mercurio total y metil mercurio en muestras de agua precipitada y agua mixta. Luego utilizaron la cadena de reacción de polimerasa cuantitativa para identificar la bacteria metilante.
Rockne dice que primero estuvieron sorprendidos por el volumen total, que llega a 5 kilogramos de metil mercurio por año para todo los Estados Unidos (El trabajo previo del equipo había estimado un total de un kilo de mercurio por silla por año).
Sus resultados también mostraron que las proporciones de mercurio metilado a elemental o iónico resultaron ser buenos indicadores de la formación de metilmercurio; las concentraciones de metilmercurio identificadas fueron entre 10-40 veces menores que las de mercurio elemental.
El grupo concluyó que la bacteria reductora de sulfato es responsable del metilmercurio en las aguas cloacales dentales. Pero no pueden precisar si la metilación ocurre en la boca de las personas o más abajo en la cadena. Como trabajo futuro, el grupo planea estudiar otros metales en amalgamas, incluyendo plata, que puede ser toxico para la bacteria.
Muchos mecanismos atrapan con éxito el mercurio, pero no han sido construidos para capturar metilmercurio. Controversias asociadas sobre los efectos en la salud humana por las amalgamas con mercurio han resultado en una disminución del uso de amalgamas, dice Rockne, pero aún son muy utilizadas.
“En teoría, se conoce (que el mercurio podría ser convertido) en las aguas colócales por si mismo en metilmercurio “ dice Rod Mackert , profesor de materiales dentales en el Medical College of Georgia School of Dentistry y portavoz de ADA en el tema mercurio. El agregó que esta nueva investigación podría ser la primera evidencia directa de donde sucede esa formación.
Mark Stone del Instituto Naval de Investigación Dental y Biomédica y colaboradores han reportado recientemente concentraciones de metales en agua cloacal dental , incluyendo diferentes tipos de mercurio. Stone dice que este nuevo trabajo es importante, pero que “otras bacterias reductoras de sulfato conocidas por metilar el mercurio pueden contribuir a la producción de metilmercurio”.
Mackert enfatiza que la cantidad total de metilmercurio encontrado por el grupo es
“infinitesimal “, particularmente cuando se compara con el total de mercurio y metilmercurio que emiten al ambiente otras fuentes, tal como la quema de carbón y la minería de oro.
En septiembre último ADA como asesor de manejo de mejores prácticas comenzó a animar a los dentistas a que cambien por separadores de amalgamas más eficientes. “Parece una buena idea “dice Mackert para lograr detener la llegada del metal en sus diversas formas a las plantas de tratamiento, donde terminaría en el lodo cloacal , frecuentemente vendido para ser utilizado en el campo.
Rockne coincide que “las trampas dentales son solo una de las fuentes de metilmercurio al sistema de aguas colócales” y de las pequeñas. Pero como las clínicas dentales tienen un sistema de cañería simple, solucionar el problema allí es más fácil que la reducción de otras fuentes de mercurio, incluyendo comida y el depósito del aire. NAOMI LUBICK
Articulo completo en ingles: ES&T (DOI: 10.1021/es7027058)
No hay comentarios:
Publicar un comentario