inzinerazioa / incineración

Para mejor informar sobre este tema, les recuerdo que en el Estado Español, existen once (11) incineradoras. En la República Argentina, solo en el distrito de Tigre, Provincia de Buenos Aires, se concentran ocho incineradoras dispuestas en cinco plantas, tres de las cuales, se dedican al tratamiento de residuos potológicos. Un abrazo para todos.
Ricardo Barbieri.

Lo que dicen los cancerólogos acerca de los peligros de la incineración de residuos
Pello Zubiria Kamino Hernanin Zero Zabor

Una incineradora de residuos emite además de dioxinas y furanos otras muchas substancias, que engloba en el término de CMR: cancerígenas, mutágenas y reprotóxicas, es decir, generadoras de cánceres, leucemias, malformaciones congénitas y alteraciones del sistema de reproducción 
No es mi intención dramatizar frívolamente con el tema. Vivo y trabajo, al igual que gran parte de mi familia y amigos, dentro del radio de cinco kilómetros del sitio elegido por la Diputación de Gipuzkoa para construir la incineradora, y si amplío el radio hasta 20 kilómetros alrededor del «punto 0», puedo ver a varios cientos de miles de personas que no merecemos ser inquietadas y exasperadas por falsos alarmismos… pero que sí somos merecedoras de que se nos cuente la verdad. Y la verdad exige preguntar, entre otras personalidades de referencia, al doctor Dominique Belpomme.
El doctor Belpomme, cancerólogo eminente y reconocido en Francia, impartió el 12 de setiembre una conferencia en Hazparne (Lapurdi) dentro de las jornadas sobre Agricultura Biológica organizadas por la asociación Asunak. A finales de octubre, en la ya imprescindible feria anual de agricultura sostenible Lurrama de Baiona, volverá a estar entre nosotros. El leit motiv de Lurrama 2010 es «Elikadura eta Osagarria», la Alimentación y la Salud. Ahí Belpomme, personalidad referente dentro de la Asociación para la Investigación de Terapias Anti-Cancerosas (ARTAC, por sus siglas en francés), tendrá mucho que enseñar sobre la relación entre la contaminación y los cánceres y otras enfermedades.
Belpomme ha sido noticia este verano porque se ha demostrado la veracidad de una denuncia que hace años planteó: en la Isla de Martinica (en las Antillas de posesión francesa) se produce un alarmante aumento de cánceres de próstata a causa de los pesticidas que en sus campos se usan. Cuando Belpomme denunció lo que ocurría, desde muchos ámbitos (entre ellos los grandes medios de comunicación) fue atacado y menospreciado como científico. Y, sin embargo, ahora que la revista científica «Journal of Clinical Oncology» ha convalidado sus resultados, los grandes medios ocultan la noticia de que el doctor tenía razón, que los pesticidas producen cánceres en Martinica. Así controlan la información los lobbies de la gran industria.
La asociación ARTAC, que preside el doctor Belpomme, ofrece en su sitio web www.artac.info importantes informaciones acerca de la relación probada entre contaminación ambiental y cánceres y otras enfermedades. En su apartado «Santé durable» (Salud Sostenible) tiene un capítulo referido a la incineración de residuos urbanos que no tiene desperdicio: «Dioxines-Incinération».
Comienza explicando que las dioxinas son «substancias organocloradas que actúan por dos mecanismos: principalmente, en tanto que promotores, favorecen la estimulación de las células mutadas; pero también, muy probablemente, en calidad de mutágenos, inducen mutaciones desestabilizando el genoma. Esto último, aunque se basa en artículos publicados, todavía es discutido por algunos científicos».
Tras resumir cómo se produce la contaminación por dioxinas y furanos, ARTAC se refiere en estos términos al decreto que en 2002 rebajó en Francia la norma tolerada de dioxina: «En 2008 la gran mayoría de incineradoras de Francia estarán dentro de las normas. Sin embargo, aunque la normas sean respetadas, no protegen contra la aparición de un cáncer. En efecto, y esto vale para el conjunto de los procesos de cancerización, en los productos químicos no es la intensidad de la dosis lo que cuenta, sino la repetición de las dosis, y por tanto la duración de la exposición a los factores de riesgo. Dosis infinitesimales de dioxina (o de otros productos químicos), incluso trazas en el límite de detección, pueden resultar cancerígenas, si esas dosis son repetidas durante un período de tiempo prolongado».
ARTAC no se olvida de que una incineradora de residuos emite además de dioxinas y furanos otras muchas substancias, que engloba en el término de CMR: cancerígenas, mutágenas y reprotóxicas, es decir, generadoras de cánceres, leucemias, malformaciones congénitas y alteraciones del sistema de reproducción. Es por ello que los profesionales de la salud que agrupa ARTAC piden al Estado francés la moratoria para la construcción de nuevas plantas incineradoras.
En 2007 esta petición de moratoria la incluyó como segundo de sus siete puntos la Plataforma Nacional (francesa) del Cuerpo Médico reunida para incidir en el gran debate organizado por el Gobierno de París llamado «Grenelles de l'Environnement», puntos refrendados, además de por ARTAC, por la Confederación de Sindicatos de Médicos Franceses, el Consejo Nacional de la Orden de los Médicos (Colegio de Médicos), la Federación de Médicos de Francia, y otros organismos.
Ésa es la dramática realidad de las «modernas plantas incineradoras que funcionan con las más modernas tecnologías supervisadas por las más exigentes de las normas» que nos quieren vender los promotores del proyecto de Zubieta. Es la triste realidad que a causa del monstruo incinerador llamado Zabalgarbi soportan cada día cientos de miles de personas en Bizkaia. Y es el riesgo que se cierne sobre quienes vivimos hoy y vivirán mañana en Gipuzkoa.


 

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