Antes de 2008, el grupo gobernante amenazaba y dominaba a distintos sectores de la sociedad. En 2008 sufrió su primera derrota en el Congreso; en 2009 siguió con abusos institucionales y perdió las elecciones parlamentarias, pero no aceptó el cambio requerido por la sociedad. El país vivió en el desorden político, social y económico. En 2010 la política es un desquicio, rotulada como culebrón: nadie sabe qué pasará el día siguiente.
El oficialismo usa resquicios legales, negocia voluntades, enfrenta la mayoría opositora y crea conflictos con el Poder Judicial para sostenerse en el gobierno. Los grupos opositores, con pensamientos opuestos, son débiles, y cada votación puede sorprender. Lo importante es que este gobierno finalmente será remplazado y, que los ciudadanos pueden evaluar la conducta de sus representantes para decidir en las próximas elecciones.
La batalla se da en el Congreso, con grandes interrogantes sobre su resultado. La ciudadanía debe desconectarse del culebrón, no tener miedo, concentrarse en su labor diaria y, elaborar un programa de metas nacionales:- de mediano plazo para superar la pobreza y erradicar la corrupción;- y de largo plazo para asegurar el orden institucional, enmendando la Constitución.
Es imposible el progreso social viviendo en el desquicio político, que impide promover el bienestar general.
17/03/2010
Dr. Marcelo Castro Corbat
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