NO ERA UN DOMINGO CUALQUIERA


No era un domingo cualquiera ese 28 de junio de 2009. Era un domingo de elecciones, de esos dias en que el ciudadano aprueba o castiga con su voto. El hombre se levantó temprano...preparó el agua del mate para compartir con su esposa que aún dormía...Fue hasta la puerta de calle a buscar el diario y leyó los titulares sin demasiado entusiasmo...
No tenía deseos de votar...solo de esperar que terminara el día y que los noticieros de televisión le mostraran cual habia sido el resultado...Ya lo habían defraudado muchas veces en 25 años de esperanzas, de ilusión, de sueños...todo ello espejitos de colores que lograron venderle los políticos...y él se resistía a seguir comprando fantasías...
Pensó en esos 25 años que se le escaparon viviendo esa triste parodia de falaz verborragia de tantos políticos que prometieron un cambio. Recordó al viejo Alfonsín, y su propia presencia entre la inmensa multitud que recitaba el preámbulo de una Constitución Nacional resucitada. Como una película pasó por su mente el jolgorio menemista para unos pocos, y luego aquella pesadilla de De la Rúa, de Antoñito, de Shakira...
No pudo menos que sentir mucha bronca pensando en aquel Cavallo, ministro utilitario de peronistas y radicales, con su cara de piedra y su falso llanto por los jubilados. Un escalofrío recorrió su espalda cuando vinieron a su memoria aquellos pocos pesos que tenía ahorrados y que un cruel corralito le había robado.
Recordo aquellos duros años que siguieron...Rodriguez Sa, Puerta, y la llegada a los empujones de Duhalde a la Presidencia en medio del desconcierto y la miseria. Me volvieron a robar se decía a si mismo...casi lagrimeaba pensando en sus dólares a 1.40 cuando afuera ese precio ya volaba hacia 4.00.-
Ya estábamos en el pozo cuando vinieron los Kirchner a recoger los frutos del trabajo sucio de ordenar las cosas que habia hecho Duhalde. Ya no habia 1 a 1... entonces importar era imposible y de alguna forma resurgió la producción competitiva del campo en primer lugar y luego de la industria. Claro que siguieron tres o cuatro años de recuperación de lo que habíamos perdido...pensó nuestro hombre tratando de encontrar una respuesta a esa frustración que pese a eso aún sentía.
Su sentido común le respondió enseguida...."Desde el fondo del pozo, tu querida Argentina, ha logrado escalar unos cuantos metros, pero lamento decirte que aún estamos en el pozo, que no hemos subido aún a la superficie de la racionalidad, la honestidad y la transparencia. Todavía estamos sumidos en el pozo...nuestros pies resbalan en sus paredes húmedas de corrupción...y nos rodea una negra oscuridad de ideas que no nos deja ver como seguir subiendo"..
Ahi estaba pensativo, sentado a la mesa de la cocina con el diario abierto sin mirarlo, cuando apareció su esposa que recien se levantaba...
-- Buen día, viejo...¿qué haces aún en pijamas?-- preguntó su mujer que ya estaba preparada para salir hacia la escuela donde debía votar...
-- No tengo ganas de cambiarme, hoy es domingo, tengo fiaca y no pienso ir a votar...sentate conmigo a tomar algunos mates -- respondió él con un dejo de disgusto consigo mismo.
--¿Cómo que no vas a ir a votar?-- exclamó ella con tono de reto... -- Si todos pensaran como vos restaremos votos a la esperanza de salir finalmente de este pozo negro en que hemos caído --
--Quedate vos tomando tus mates, yo me voy a votar para devolverles la ilusión a nuestros hijos, y no te olvides que muy pronto serás abuelo..-- ¿Vas a dejar que tus nietos vivan en este infierno de inseguridad y de miedo?--...siguió diciendo ella, un tanto enojada, antes de abrir la puerta y salir a la calle con su DNI en la mano...firmemente decidida a cumplir con su derecho y obligación de ciudadana.
El pobre hombre se quedó pensando en las duras palabras de su esposa y en aquella respuesta que su sentido común le había ofrecido. Se levantó de su silla...fue al dormitorio a cambiarse de ropa...tomo su vetusta libreta de enrolamiento ya un tanto ajada...la abrió para mirar esa foto suya en blanco y negro de aquellos 18 años recién cumplidos...y en los ojos de aquel chico que habia sido, creyó ver el brillo de todas las ilusiones que en ese entonces tenía...
Fue hasta el baño a peinarse los pocos cabellos que aún le quedaban, y al mirar el espejo se dio cuenta de que sus ojos aún tenían aquel brillo, aquellas ganas inmensas de vivir la vida..Se regaló a si mismo una sonrisa y aferrando en su mano derecha aquel viejo documento que le daba identidad a su existencia, salió presuroso de su casa para depositar en una urna de cartón un pequeño sobre, cuyo contenido, era la esperanza, la ilusión y los sueños que aún conservaba.
Cdor. Jorge A. Marcello
Buenos Aires, 22 de junio de 2009

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