Estamos en guerra.
Estamos en guerra con el gobierno británico. Sin acciones militares por el momento. Quienes dieron por finalizada la guerra el 14 de junio de 1982, con la rendición de las Fuerzas Armadas Argentinas en las Islas Malvinas, estaban en un profundo error. Error que prolongaron los gobiernos democráticos surgidos a partir del 10 de diciembre de 1983.
Con motivo de la reunión del G20 en Londres, emitimos un comunicado: “durmiendo con el enemigo”. Así es. El 2 de abril pasado nuestra presidenta, tentada por la ambición de participar en una entente de los poderosos de mundo en que la Argentina poco tenía para aportar más que la función de claque, amaneció en Londres. Cuna del colonialismo moderno que mantiene en su poder parte de nuestro territorio nacional. La palabra enemigo no debería existir entre los argentinos, pero es una exacta definición cuando hablamos del Imperialismo Británico ejerciendo acciones agresivas contra la integridad territorial Argentina y la dignidad de todos nosotros.
Tomar conciencia de la realidad objetiva constituye una clave esencial para tener un buen diagnóstico de la situación y actuar en consecuencia. No nos gusta la violencia y somos partidarios de la paz. Pero muy mal haríamos si ponemos la cabeza debajo de la tierra como el avestruz y no asumir la situación tal cual se nos presenta.
Las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur son argentinas. La proyección antártica que de ellas deviene también.
La pretensión esgrimida por el gobierno británico ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de las Naciones Unidas, de ampliar soberanía marítima a 350 millas a partir de su dominio colonialista y violento, es una agresión a nuestra soberanía territorial sobre millones de Km2. Pretende el gobierno británico dominio sobre la enormes riquezas que allí anidan. Pero no procura una explotación racional a favor de la humanidad, sino una explotación comercial de los recursos naturales para reconstituir el poder imperial perdido por esta potencia decadente. Su accionar es inmoral y a todas luces conforma una afrenta para los argentinos.
La reacción de nuestro gobierno calificando de “inaceptable e inadmisible” es apenas una caricia para los oídos de quien fuera autor de masacres y genocidios en todos los continentes. Incluidos, claro está, sus crímenes sobre jóvenes soldados argentinos que no cumplían en las islas Malvinas otra función que custodiar la soberanía del territorio que incontrastablemente nos pertenece.
Nosotros entendemos que debemos desarrollar acciones políticas, diplomáticas, económicas, financieras y de otra naturaleza tendientes a la recuperación de este territorio. Para la Argentina y para toda América Latina, que con hermandad y heroísmo nos acompañara durante la sangrienta confrontación de 1982.
Desde nuestro lugar conformaremos un Comité Argentino y Latinoamericano para la recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur. Espacio abierto, sin exclusiones. Con una gran finalidad, poner nuestros mejores esfuerzos al servicio de la Patria. Y también de la Paz, que solo se alcanzará cuando estos territorios sean reintegrados real y formalmente a la Soberanía del Pueblo Argentino.
Mario Mazzitelli. Secretario General del Partido Socialista Auténtico. |
Gabriela Papagni
Secretaría de Prensa y Propaganda
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