Pilar Rahola.
Del conflicto árabe-israelí NO SE INFORMA, SE HACE PROPAGANDA
Pilar Rahola
¿Por qué no vemos manifestaciones en París, o en Londres, o en Barcelona en contra de las dictaduras islámicas? ¿Por qué no lo hacen contra la dictadura birmana?
¿Por qué no hay manifestaciones, en contra de la esclavitud de millones de mujeres, que viven sin ningún amparo legal?
¿Por qué no se manifiestan en contra del uso de niños bombas, en los conflictos donde el Islam está implicado?
¿Por qué no ha liderado nunca la lucha a favor de las víctimas de la terrible dictadura islámica de Sudan?
¿Por qué nunca se ha conmovido por las víctimas de los actos de terrorismo en Israel?
¿Por qué no considera la lucha contra el fanatismo islámico, una de sus causas principales?
¿Por qué no defiende el derecho de Israel a defenderse y a existir?
¿Por qué confunde la defensa de la causa palestina, con la justificación del terrorismo palestino?
Y la pregunta del millón, ¿por qué la izquierda europea, y globalmente toda la izquierda, solo está obsesionada en luchar contra dos de las democracias más sólidas del planeta, Estados Unidos e Israel, y no contra las peores dictaduras?
Las dos democracias más sólidas, y las que han sufrido los atentados más sangrantes del terrorismo mundial. Y la izquierda no está preocupada por ello.
Y finalmente, el concepto de compromiso con la libertad. Oigo esa expresión en todos los foros propalestinos europeos. '¡Estamos a favor de la libertad de los pueblos!', dicen con ardor. No es cierto. Nunca les ha preocupado la libertad de los ciudadanos de Siria, de Irán, del Yemen, de Sudan, etc.
Y nunca les ha preocupado la libertad destruida de los palestinos que viven bajo el extremismo islámico de Hamás. Solo les preocupa usar el concepto de libertad palestina, como misil contra la libertad israelí.
La mayoría de la prensa, cuando informa sobre Israel, vulnera todos los principios del código deontológico del periodismo. Y así, cualquier acto de defensa de Israel se convierte en una masacre y cualquier enfrentamiento, en un genocidio.
Y cuando habla de víctimas, eleva a la categoría de tragedia a cualquier víctima palestina, y camufla, esconde o desprecia a las víctimas judías.
Otro ejemplo, la alcaldesa socialista de Ciempozuelos cambió el día de la Shoá, por el día de la Nakba palestina, despreciando, así, a más de 6 millones de europeos judíos asesinados.
O en mi ciudad, Barcelona, el ayuntamiento socialista ha decidido celebrar, durante el 60 aniversario del Estado de Israel, una semana de 'solidaridad con el pueblo palestino'. Para ilustrarlo, invitó a Leila Khaled, famosa terrorista de los años 70, actual líder del Frente de Liberación de Palestina, que es una organización considerada terrorista por la Unión Europea, y que defiende el uso de las bombas contra Israel. Y etcétera.
La lucha contra el antisemitismo no es cosa de judíos, es obligación de los no judíos. Como periodista, estoy obligada a buscar la verdad, más allá de los prejuicios, las mentiras y las manipulaciones.
Y sobre Israel no se dice la verdad. Y como persona de izquierdas, que ama el progreso, estoy obligada a defender la libertad, la cultura, la convivencia, la educación cívica de los niños, todos los principios que las Tablas de La Ley convirtieron en principios universales.
At. Daniel Atencio
Y la pregunta del millón, ¿por qué la izquierda europea, y globalmente toda la izquierda, solo está obsesionada en luchar contra dos de las democracias más sólidas del planeta, Estados Unidos e Israel, y no contra las peores dictaduras?
ResponderEliminarLa respuesta a esta pregunta es muy simple: Porque EEUU tiene intereses y su ex presidente negocios con los árabes como para ser autor intelectual en el atentado a las torres e Israel (Raza semita nomade) ha acupado tierras que no le corresponde. Nadie tiene el derecho de invadir el territorio de otros y las protestas al rededor del mundo son por la intromisión y masacre. Cada país debe ser libre de decidir su propio destino político sin intervención extraña, en principio por no reconocer la diferencia cultural que existe entre oriente y oxidente. Por otra parte el cierto periodismo tampoco se encarga de mostrar esta otra contraparte. Por lo contrario sostiene un discurso de catecismo alineándose al poder mundual.