Ley de Residuos Brasil

Lula sanciona ley de reciclaje de desechos

BRASILIA (AP) - El presidente Luiz Inácio Lula da Silva sancionó el lunes una ley que instituye una política de manejo de desechos, en discusión hace 20 años, y que concede incentivos y exigencias para el reciclaje de materiales.


La legislación había sido reclamada por ambientalistas y dirigentes locales, en un país cuyas ciudades generan 150 toneladas de desechos por día, de los cuales 59% van a los grandes depósitos de basura y solo 13% se recicla.
"Una ley para disciplinar el manejo adecuado de los desechos es una revolución en términos ambientales y en términos sociales", declaró Lula tras firmar la ley, en una ceremonia en la que participaron empresarios y representantes de los recolectores de materiales reciclables.
Destacó que con la legislación, los recolectores de desechos destinados a reciclaje recibirán incentivos del gobierno para organizarse en cooperativos y realizar sus tareas.
Al mismo tiempo, concede estímulos para que las empresas recuperen los materiales generados para que vuelvan a ser aprovechados.
La norma prohibe la creación de depósitos de basura a cielo abierto y exige a las alcaldías crear espacios sanitarios ambientalmente sustentables para captar desechos que no serán reaprovechados.
La ministra del Medio Ambiente, Izabella Teixeira, se quejó de que actualmente menos de 7% de los más de 5.800 municipios brasileños tienen recolección selectiva de desechos, mientras que el mercado del reciclaje alcanza solo 857 millones de dólares, cuando tiene un potencial de 4.571 millones de dólares.

Ramón Ojeda Mestre 
Organización Editorial Mexicana
 agosto de 2010


  Es verdad que aún hay gente con grave analfabetismo en los temas ambientales. No es su culpa. La asignatura es nueva y muchos y nauseabundos los intereses que bloquean. Sin embargo, los pueblos no son tontos, y se guían por la lógica irrefutable. Decía Bergson: "Tanto el instinto como la inteligencia son dos formas igualmente elegantes de solucionar los problemas de la vida".

Estulticia y corrupción han llevado a creer que lo adecuado para atender la basura es quemarla. Lo mismo que hacían nuestros bisabuelos en sus pobres poblados cuando el fenómeno urbano aún no surgía en el siglo XVIII. Digámoslo claramente: incinerar la basura es lo más dañino al ambiente que podemos hacer, es lo peor para la salud de actuales y futuras generaciones, es lo más regresivo a nuestros atavismos rupestres y genera una cultura del dispendio y lucroteísmo.

En la naturaleza no existe el concepto "basura". En cualquier lugar donde muere un ave o un pez, la naturaleza lo reintegra a su seno con tersura y dignidad conmovedoras. Cuando un árbol cae en el bosque, o de pie es carcomido por termitas o muérdago, su muerte, se convierte automáticamente en vida. No otro es el sentido del latigazo bíblico de "Pulvumeriset in pulverumreverteris".

Se necesita ser bobo para elucidar que porque el plástico no es orgánico lo debemos quemar. Fuego y plástico juntos, o lo derivados de los hidrocarburos convertidos en sólidos, como los vinilos, uniceles o polipopilenos, en cualquiera de sus variedades, se traten térmicamente o con láser y plasma, generan residuales sumamente tóxicos y en la combustión misma dioxinas y furanos siempre aparecen en cantidades deletéreas. Más claro: dioxinas y furanos causan cáncer sin remedio o escapatoria y alteraciones endocrinas, es decir, plástico y fuego matan niños, jóvenes y adultos. Por eso es importante la lección que hoy darán los brasileños por sus puros pantalones y tangas. Hoy el socialista Luis Inazio da Silva, conocido en los bajos mundos de samba y batucada cachondas como "Lula", promulgará la Ley Nacional de Residuos, mejor desde luego, que la vergonzosa ley que tenemos nosotros y que ha dejado indefensa a la sociedad, al ambiente, a empresarios, sindicatos y hasta a la más humilde pepenadora.

El Movimiento Nacional de Residuos Reciclables que incluye a más de 800 mil pepenadores, en las 327 ciudades que han adoptado sistemas de recolección selectiva, como aquí lo hace el Municipio de Nezahualcóyotl en Edomex y en Jantetelco, Morelos, que al igual que en 142 ciudades de Brasil, han entrado en sociedad con asociaciones y cooperativas de pepenadores, bueno, pues ese millón de brasileñas súpercorreteables y de brasileños que ahí se los dejo para lo que sirvan, se lanzan hoy, dos de agosto, en una movilización multitudinaria para exigir a Lula que vete el párrafo del artículo nueve que permite la mil veces maldita incineración.

Claro que es muy fácil quemar residuos. Pero no es ambientalmente aceptable, ni económicamente recomendable, ni culturalmente respaldable. Si de algo estamos hartos en el planeta, es de los humos. Lo mismo de los coches que de los hogares o de las industrias. Mal nos ha ido con el rescate de Prometeo. Hay estados de la República que han tenido la sensatez de prohibirlo en sus leyes ambientales, pero los movimientos de GAIA y No Incineration-No burn, sabiamente alientan a vetarlo porque además va en contra de las políticas de reciclaje.

Basura es igual a ignorancia. Basura es igual a corrupción, es transa e insensibilidad ambiental, basura quemada es igual a muerte. Lo oculten o no Gobiernos y empresas vendedoras de plantas disfrazadas para engañar bobos y alcaldes, posible tautología, que no son más que viles hornos crematorios de Hitler o de cementeras. Provecho.

rojedamestre@yahoo.com
 
Ramón Ojeda-Mestre
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