Al grupo de "sabios"



Al grupo de "sabios"

El tiempo de las "reformas" se ha agotado, sólo una transformación radical y urgente sobre nuestra manera de ver y entender el mundo podrá salvarnos.
Lluís Ronda | Dénia | 11-5-2010
www.kaosenlared.net/noticia/al-grupo-de-sabios
He tenido conocimiento, a través de los medios de comunicación, de las conclusiones que el "grupo de sabios" europeos, presidido por D. Felipe González, han tenido a bien de dar a conocer en aras de una "regeneración" social, política, económica y medioambiental europea para el horizonte del 2030.
El fruto de sus "reflexiones" viene a determinar la necesidad de una "reforma radical" del actual sistema de usos, dado que Europa está perdiendo la "carrera" del "crecimiento" ante sus competidores.
Abogan por dar un mayor impulso a la investigación y el desarrollo científico-tecnológico, estimular las energías renovables, potenciar la energía nuclear, desestimar la jubilación anticipada prolongando la edad laboral, crear una nueva política de inmigración encaminada a la "captura" de inmigrantes cualificados, consolidar el mercado único…
Pero tales medidas no llegarán a término si antes no existe una voluntad individual que crea en el "mito" europeo, y para promover este sentimiento del "sentirse" ciudadano de Europa, se propone recurrir a la eficacia de los "mass-media" e Internet como acicate de concienciación ciudadana mediante la propaganda del trabajo de las instituciones, sus autoridades, sus actuaciones y su implícito mensaje de derechos y beneficios que comporta el ser ciudadano europeo. Incluso sugieren la creación de un "carné" garante de estos derechos al tiempo que testimonie la "europeidad" del portador.
Sin desmerecer sus eruditos dictámenes y como ciudadano comprometido e implicado de manera solidaria con la totalidad del planeta, vengo a decir lo siguiente:
Si más de la mitad de la humanidad vive con menos de 2€ diarios, si más de 900 millones de seres humanos pasan hambre, si cada año mueren de hambre más de 10 millones de niños, si hay más de 250 millones de niños trabajando, si hay más de 1.100 millones de personas que no tienen acceso al agua potable, si se están exterminando los pueblos indígenas, si cada 2 segundos desaparece 1 Ha. de bosque, si cada hora desaparecen 3 especies de flora y fauna, si 2/3 partes de los ecosistemas están contaminados o degradados, si cada año se envían a la atmósfera 25.000 millones de toneladas de CO2, si cada día el mundo se gasta 2.500 millones de dólares en "defensa", si el cambio climático ya es irreversible durante los próximos 1.000 años…
Si ocurre todo esto, digo, no creo que sea causa de la manera de ver y entender el mundo pueblos que hasta hoy han vivido en armonía con la naturaleza y que los estados directores del mundo del progreso tildan de "subdesarrollados".
La civilización  occidental, con su particular "visión" del mundo y su histórica tradición de querer "universalizar" su modelo cultural, social y económico, ha culminado, en esta era financiera de la humanidad, con la globalización tecnocrático-capitalista basada en la producción y el consumo. Sin embargo ahora, en su hándicap estructural, necesita de "sabios tecnócratas" para emprender una "reforma" urgente.
La ciencia al servicio del "capital" ha conseguido que el ser humano se abstraiga de la naturaleza sometiendo ésta al provecho de sus negocios y explotándola sin límites al dictado de los mercados.
En este "exclusivo" primer mundo, se considera la "vida" como un medio para llegar a una meta llamada "futuro", objetivo que nunca se alcanza porque continuamente "escapa" en nombre del progreso, siendo así que sus ciudadanos viven "instalados" en el futuro. Dinero, concupiscencia y felicidad son el reclamo virtual que el "sistema" ofrece a través de medios de comunicación que evitan el discernimiento y la reflexión de sus usufructos. No hay opción: el ciudadano ha de ser competitivo, luchar en nombre del "crecimiento" ilimitado, indefinido; colaborar para con la expansión e inmediatez del sistema de producción y producto. Todo se calcula, todo es urgente, hasta se quiere dominar el "tiempo". Hay que ganar, ser líderes mundiales.
"El hombre como herramienta de producción y consumo", he aquí su finalidad en esta vida de modernidad y progreso.
Sin embargo, entre los poco más de 2.000 millones de personas que vivimos en el mundo desarrollado, hay europeos que nos sentimos co-responsables de la suerte que corre el resto de la población (4.500 millones), y querríamos ser la voz de los desheredados, de los vencidos, de aquellas miserables vidas sobre las cuales se asienta nuestro estado de bienestar y nuestra calidad de vida para decirles que si sus territorios son expoliados, si los intelectuales de sus naciones son "capturados" para mayor gloria del mundo desarrollado, si sus hijos mueren de sed, de infección, de hambre o causa de una "bomba preventiva"; si su medio de subsistencia es víctima del cambio climático; si las especies de sus entornos naturales son exterminadas, no es por causa del terrorismo, el crimen organizado o las armas de destrucción masiva que amenazan el "futuro" del primer mundo; tampoco por una crisis económica de la cual son ajenos, sino porque la tecnocracia ha conquistado el espíritu humano convirtiéndolo en un ser salvajemente insaciable.
Querríamos pedirles perdón en nombre de La Vida. Perdón por las promesas de esperanza a sabiendas que nada pueden esperar; por las políticas agrícolas; por  el comportamiento de la  industria farmacéutica; por el FMI, el BM y la deuda externa; por el derecho a veto de la o nU; por los políticos con perspectiva global y humana que son crucificados por no servir los intereses del "sistema"; por las guerras preventivas; por ignorar la "sabiduría humana" que Vive en la diversidad de pueblos y culturas sojuzgados en nombre del desarrollo y el progreso; por no haber suficientes personas con "humana solidaridad" que puedan evitar tanto dolor y sufrimiento.
Perdón porque los "sabios" del primer mundo no saben escuchar el silencio: pueblos sin voz ni voto son rehenes de un mundo ausente de diálogo entre culturas, un mundo donde el dinero se ha convertido en el centro de sus vidas, donde todo es objeto de explotación y de negocio.
Sólo quien tiene ojos para ver y oídos para oír la voz de la conciencia del planeta, comprende su "realidad"… entiende que el tiempo de las "reformas" se ha agotado, que sólo una "transformación radical", no técnica ni política, sino "humana", podrá salvarnos. Decrecimiento y hábitos de sobriedad son necesarios para reintegrarnos en armonía con la naturaleza, para alejar el poder del dinero de las virtudes humanas en busca del verdadero progreso y felicidad… todo lo contrario al dictado de "nuestros sabios".
http://www.lluisronda.blogspot.com

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