REFLEXIÓN PARA EL PLENO DE FEBRERO DE 2010 DEL AYUNTAMIENTO DE VALENCIA


SOBRE LA ELIMINACIÓN DEL MURO PERIMETRAL DE LOS JARDINES DE MONFORTE
De: Antonio Marín Segovia
REFLEXIÓN PARA EL PLENO DE FEBRERO  DE 2010 DEL 
AYUNTAMIENTO DE VALENCIA SOBRE LA ELIMINACIÓN 
DEL MURO PERIMETRAL DE LOS JARDINES DE MONFORTE 

 
Sra. Alcaldesa, Sras. y Sres. Concejales: 

 
Hablo como presidente de la Asociación de Amigas/Amigos del 
Jardín Valenciano (AJAVA) que no puede menos de  dejar de asombrarse 
ante los últimos acontecimientos por parte de un Ayuntamiento que ha 
demostrado una gran sensibilidad medioambiental en la recuperación del 
bosque y dunas de la Devesa del Saler, en la limpieza de esa joya que es la 
Albufera, en la realización de parques urbanos preciosos, sostenibles e 
impensables hace años como son Marxalenes, la Rambleta y Cabecera 
junto a los esfuerzos por ir haciendo más verde esta ciudad. 

 
Hay quienes sostienen que se podría escribir la historia de  las 
diversas civilizaciones visitando sus jardines pues ellos reflejan como 
pocas obras de arte la unión de creencias, filosofía, formas de vida, cultura, 
religión y tecnología. 

 
En España, tenemos la suerte de tener los jardines más antiguos de 
Europa. Son el Patio de los Naranjos de la Mezquita de Córdoba del siglo 
VIII. Luego vienen  los jardines del período nazarí en Granada. Tenemos 
jardines renacentistas en claustros, palacios de la nobleza y Sitios Reales 
como Aranjuez o el Escorial. Conservamos auténticas joyas del período 
barroco como es La Granja de San Ildefonso, único jardín en Europa que 
mantiene el sistema hidráulico original del siglo XVIII. 

 
Valencia de todo este pasado sólo conserva referencias literarias. Sin 
embargo, conservamos referencias gráficas maravillosas como es el plano 
del Padre Tosca en el que podemos apreciar que la transición desde la 
ciudad amurallada al entorno de la huerta –L´Horta- se realizaba a través de 
unos espacios cerrados, cercados, llamados huertos donde los propietarios 
recreaban su particular paraíso. 

 
De todos esos huertos cerrados que circundaban Valencia el único 
que se ha conservado de la mitad del siglo XIX es el de Monforte. Ha 
desaparecido casi completamente el Hort de Juliá; el de Pontons, del que 
conservamos algunas estatuas; el de Tramoieres, transformado en  Jardín 
Botánico y queda Ayora, de las mismas características que los anteriores, 
pero es de principios del siglo XX. 

 
En estos momentos de crisis –no sólo económica sino también ética 
y mental- una de las fuentes de riqueza indiscutible lo constituye el 
patrimonio histórico artístico. Hay países en los que el denominado turismo 
cultural ha llegado a ser su principal fuente de ingresos. Gente que viene –y 
vamos- a ver piedras, monumentos, jardines, cuadros, etc. 

 
Monforte es el único jardín declarado Monumento Artístico Nacional 
en la Comunidad Valenciana. Fue declarado como tal en 1941 a instancias 
de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, las gestiones del 
Marqués de Lozoya y el empeño de Xavier de Winthuysen, su posterior 
restaurador. 

 
Con las palabras de este sevillano a pesar de su apellido holandés, 
conocido como el jardinero de la Generación del 27, restaurador  de los 
Jardines de Monforte como se ha mencionado anteriormente y a quien se le 
atribuyen la autoría de los jardines de Viveros más cercanos al museo de 
San Pío V, ejemplo magnífico de lo que sería Monforte sin su muro de 
protección, queremos acabar este intento de reflexión dedicado a la 
Corporación de la ciudad de Valencia: 

 
"Los jardines históricos de España deben ser más para conservarlos 
como oro en paño que para ensayar reformas; y las restauraciones sólo 
son admisibles para reconstituir fielmente lo perdido. Además, sería 
imposible depurarlos, ya que cada generación ha ido dejando algo en 
ellos. Así es, que lo más acertado sería respetarlos tal y como han llegado 
hasta nosotros si son bellos".
  
Nada más. Muchas gracias por su atención.  

 

 
Julio Lacarra, Presidente de AJAVA 

 
Valencia, 26 de febrero de 2010  

 

 

 
P.D. posterior al Pleno: todos los concejales y concejalas del PP se 
reunieron y se pusieron a hablar en corrillos mientras leía el texto. Incluso 
la señora Beneyto dejó de ver fotos, revistas y enviar mensajitos por el 
móvil para unirse a esta forma de desprecio colectivo.  
¿Y luego se extrañan que los jóvenes de hoy practiquen el vandalismo? En 
su casa lo aprenden sin duda con  padres así.  
         Julio Lacarra 

 

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