Estuvimos allí. Campos perforados, muestras al aire libre, tranqueras cerradas, ofertas de compra de campos, actitudes agresivas, descuido total del medioambiente, inimaginables tesoros escondidos en el yacimiento más grande de oro y plata del país, inversiones exclusivamente relacionadas a las de explotación, pueblos postergados, excesivo apuro en producir y ninguna difusión objetiva de las actividades previas. Actividad en proximidad de los ríos Pinturas y Pirámide, destrucción del patrimonio arqueológico, peligros de contaminación y falta de control estatal. Una sucesión de notas que intentan crear conciencia.
Luego de la resolución impuesta por el juez de Minas de la provincia, Guillermo Cerda, a través de la cual se suspende -hasta nuevo aviso- la actividad minera en la ciudad de Andalgalá por parte de la empresa Agua Rica (Yamana Gold), el magistrado confirmó que finalmente no hubo apelación, por lo que la medida quedó firme. Artículo relacionado: Más represión, más opositores a la minera
El empresario agrícola José Miguel de Peña denunció este lunes que la minera Barrick Gold ha ocasionado graves daños a la capa vegetal, la hidrografía e incluso al patrimonio cultural taíno de las cuevas de Cotuí, en donde opera la multinacional canadiense.
Una seguidilla de casos de diarrea, aumento de enfermos con leucemia, desastre en la fauna y flora del Valle de Iglesia, tremenda falta de agua en la zona. Barrick estaba usando una tecnología para detener la nieve y la lluvia en ciertos momentos para la producción de la empresa. Existe desesperación por parte productores agrícolas debido a la falta de agua y la polución que afecta a los cultivos, algo nunca visto en la zona, hasta que la minera Barrick se estableció en el lugar.
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