Denuncia de FUNAM, Contaminación en Sierra Pintada
La "complicidad" de los "gobernadores y las autoridades nacionales" con las empresas mineras causaron en el país "la destrucción de ambientes nativos y la generación de tóxicos", aseguró hoy Raúl Montenegro, presidente la Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM).
Montenegro afirmó que la minería "es una actividad golondrina que crea proporcionalmente pocos puestos de trabajo, deja ínfimos recursos al Estado, y arruina por tiempo indefinido altas cuencas hídricas".
El biólogo dijo que "incomprensiblemente" Argentina se transformó en "una colonia", porque "con la complicidad de gobernadores mineros y autoridades nacionales, que miran para otro lado", cedió sus recursos naturales para "beneficio" de las compañías internacionales.
Montenegro, ganador del Premio Nóbel Alternativo en 2004 por sus investigaciones, afirmó que las cuencas hídricas "más importantes" de las provincias fueron "voladas con explosivos" para beneficio de los proyectos que "saquean sus minerales".
En la actualidad, agregó el presidente de FUNAM, "existen niveles inadmisibles de destrucción, de contaminación ambiental y de efectos terribles" causados por la minería "sobre la salud de las personas".
"Para colmo (las empresas) gozan del respaldo de profesionales universitarios que realizan estudios de impacto ambiental a medida de quienes los pagan, y que son evaluados por gobiernos más cercanos a las empresas que a la gente", expresó Montenegro.
El biólogo opinó que los "verdaderos responsables" de esta situación "no son solamente quienes vienen de afuera", en relación a las empresas multinacionales, sino "quienes los toleran vergonzosamente desde adentro".
En un documento presentado meses atrás acerca de los diez "principales problemas ambientales" del país, Montenegro analizó que "las zonas montañosas son irracionalmente utilizadas para la localización de grandes yacimientos mineros".
Al respecto, identificó los casos de Pascua Lama, Veladero, Gualcamayo, La Alumbrera, Agua Rica, Sierra Pintada y Cerro Vanguardia.
"Todos los supuestos beneficios económicos de estas actividades representan migajas frente al valor incalculable de tener fábricas de agua en buenas condiciones", expresó el titular de Biología Evolutiva de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
En tal sentido, apuntó que los gobiernos "de San Juan, La Rioja, Catamarca y Mendoza", especialmente, "parecen olvidar que sus provincias son semiáridas, y que no se pueden regar los viñedos y los frutales con oro, regalías y espejitos de colores" (Fuente: www.losandes.com.ar).
En otro apartado el prestigioso y reconocido ambientalista expresó: Siguen faltando en Argentina estadísticas precisas de morbilidad (registro de enfermedades) y de mortalidad por causas ambientales (por contaminación química, por contaminación microbiológica de agua, suelos y alimentos, por contaminación del aire urbano, por contaminación radiactiva, por contaminación no ionizante, etc.). Esta falta de estadísticas impide conocer el impacto real de la industrialización, de muchos productos de consumo, del uso de plaguicidas, de la energía nuclear, y de otras fuentes de riesgo. La ausencia de estadísticas de salud es el mejor incentivo para que se radiquen en Argentina industrias peligrosas y megamineras, y siga desconociéndose el impacto que produce la mala gestión pública del ambiente.
Sigue promocionándose en Argentina la minería de uranio y la energía nuclear sin ningún tipo de consulta previa, e ignorando que organismos de energía atómica como CNEA, NASA y ARN protegen más sus propios intereses que la seguridad y la salud de la población. La mayoría de las minas de uranio cerradas siguen contaminando el ambiente porque no fueron remediadas, y en un barrio densamente poblado de la ciudad de Córdoba una sola empresa vinculada a CNEA, Dioxitek S.A., tiene enterradas sin membranas y sin aislamiento más de 36.000 toneladas de residuos radiactivos de uranio de baja actividad. No se comunica a la población las descargas rutinarias y accidentales de sustancias radiactivas desde las centrales de potencia (Atucha I, Embalse), ni se advierte que los depósitos de combustible radiactivo agotado de esas dos centrales, altamente radiactivos, pueden ser blanco de ataques terroristas y/o caída accidental de grandes aviones comerciales. Si esto sucediera, se generarían accidentes que equivaldrían a varios Chernobyl simultáneos (accidente nuclear grado 7 en la escala INES). Dr. Raúl Montenegro - www.funam.org.ar
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