Desierto de Atacama


De: Néstor




Flor de cáctus blanco,
disfruta tu transparencia;
eres elTao y el Loto de América.


Desierto de Atacama
El silencio golpea incesante
hasta que abres tu corazón al todo-nada,
y la Luz...,
se hace realidad en las sombras, cada mañana;
para regalarnos abundancia, color y sonido.
Todo danza con el rito sagrado de los milenios
y tu esencia late, en cada grano de arena,
cambiando de lugar constantemente,
siempre impulsados por el Huayno
  a practicar el desapego;
los vientos insonoros del alma
 claman por un poco de Agua Viva,
que calme toda la sed de los siglos.
Es verdad, no tienes apuro,
la eternidad vive contigo,
eres desierto y abundancia,
no tienes agua y de la bruma floreces,
eres la nada y lo tienes todo.
Te llenas de oquedades en tus cerros
para recobrar el vacío
que guarda en cada luna,
la presencia de los ancestros amerindos;
para estallar cada noche, con un grito insondable
y danzar hasta que amanece,
con las ánimas de los sabios ancianos;
que innumerables, caminaron tus sendas,
 para grabar en las rocas de tus montañas,
 las huellas indelebles del misterio;
rogando desde siempre a la Pacha
 y al fuego sagrado de tus volcanes.
Quédate ahí..., ¡no te muevas!
e igual estarás unido a todos los desiertos,
comparte tu calor a cada grano de arena,
hasta que hierva el espejismo
y cuéntale con un susurro al Tata Inti,
que todo aquello que a diario vemos,
son apenas sus reflejos.
                                                        Néstor Hugo Almagro






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