Como decía el líder comunista chino Deng Xiaoping, “el beneficio es el principio básico de la vida económica”. Si una empresa privada no tiene ganancias, no puede invertir en ampliar su producción, ni en mejorar su personal y tampoco conseguirá atraer inversores.
En Argentina el impuesto a las ganancias tiene una tasa del 35% sobre las ganancias contables. Como el índice de inflación superó el 20% anual, las ganancias contables de la empresa están abultadas con ese índice, lo que eleva la tasa del impuesto sobre ganancias reales al orden del 45%. En USA la tasa es del 35%, en países europeos ricos es del 24/28% y en los menos ricos del 10/19%. El sistema impositivo argentino es una ignominia.
Argentina es un país empobrecido y sin inversiones. Ese impuesto ataca directamente la posibilidad de inversión de la empresa nacional y la creación de oportunidades de trabajo, estimula la fuga de capitales al exterior, es escuela de corrupción y de la cultura de la evasión. Una corrección de rápido beneficio para la sociedad es disponer que las inversiones productivas o de efecto social que los contribuyentes realicen en el país, sean computadas como pago a cuenta del impuesto a las ganancias.
Muchos otros males que afectan a la economía argentina deben corregirse, pero con algo hay que empezar.
01.06.09
Dr. Marcelo Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
http://segundarepublica.blogspot.com
NB: Valoramos recibir su opinión.
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