EXPOSICION AUDIENCIA GLACIARES

 

Amigos:

He tenido la oportunidad de exponer en la audiencia pública realizada el 30 de marzo pasado en el Anexo de Diputados de la Nación, a instancia de la Defensoría del Pueblo de la Nación.

Lo que sigue es la versión taquigráfica.

Un abrazo

Carlos Seara 

 

Sra. Locutora.- Convocamos ahora al geólogo Carlos Seara, miembro de la Unión de Asambleas de Autoconvocados contra la minería de Córdoba.

 

Sr. Seara.- Es para mí un honor estar aquí conversando con todos ustedes sobre esta ley tan cara para los ciudadanos de la República Argentina.

          Aunque estoy jubilado hace cinco años, como buen docente voy a tratar de ubicarlos frente a la problemática de los glaciares. Adhiero a la ley que se vetó porque, lejos de presentar cuestiones oscuras, tiene una claridad meridiana. Le ha puesto el nombre al pan y al vino, y ha sabido diferenciar lo que es un ambiente glaciar de uno periglacial.  Son dos cosas totalmente diferentes porque son paisajes de erosión distintos.          En uno tenemos el hielo que cubre; en el otro tenemos suelos que se congelan estacionalmente, un suelo por debajo de ese que está congelado en forma permanente y que es un regulador de los recursos hídricos.

          Es cierto que no vamos a saber cuál es el porcentaje en el que está presente el hielo.  Cuando en las modificaciones se habla de hasta un 50 por ciento de la masa en hielo se está diciendo una barbaridad, porque no hay una porosidad de tal magnitud dentro de los ambientes donde hay detritos de todo tipo dado que estamos ante la presencia de rocas, de material fino, de materiales gruesos encajados y unificados directamente por el hielo.

          Es decir que haber hablado de un 50 por ciento era prácticamente referirse a una masa glaciaria donde dominaba el hielo.  Se ha seguido dejando de lado en estas modificaciones lo que es el ambiente periglacial sin ningún tipo de preservación.

          Ustedes habrán leído las modificaciones que se pretenden hacer en los anteproyectos y habrán visto que la palabra “periglacial” no existe más sino que se habla siempre de “ambiente glacial”. Incluso los expositores aquí lo hicieron de esa manera, tanto el presidente del IANIGLA como mi colega de San Juan.

          Si hacemos un ordenamiento general de la situación climática de nuestro país vamos a ver que el ambiente periglacial está defendiendo directamente al ambiente glacial de una manera que tal vez no sea tan efectiva como lo fue en otros tiempos, cuando las condiciones climáticas no habían sufrido este cambio.

          Si en presencia de lo que vemos en este momento ya tenemos problema con el retroceso de los glaciares, ¿qué nos va a ocurrir el día que le quitemos la defensa del ambiente periglacial, es decir, que empecemos a intervenir en ese ambiente con infraestructura, con actividades económicas? La actividad minera es altamente deteriorante de la situación de estos ambientes. El ambiente periglacial es frágil.

          Entonces, bajo estas condiciones, lo que nosotros tenemos que prever es que la ley también proteja el ambiente periglacial, que no está protegido.

          Desgraciadamente la situación climática de nuestro país hace que justamente la zona cordillerana sea la proveedora del agua que necesitan las comunidades para seguir viviendo. Sería totalmente diferente si nosotros estuviéramos hablando del sector oriental de nuestro país, donde prácticamente la balanza hídrica está totalmente desequilibrada, porque es ahí donde tenemos los máximos aportes hídricos, pero acá no.

          Si nosotros intervenimos en esta zona, tanto en la glacial como en la periglacial, el problema lo vamos a tener inmediatamente transferido a las economías regionales de la zona. No nos engañemos. Es un problema real y a mi entender y de muchas organizaciones ambientalistas es una cuestión que ha surgido como consecuencia de las presiones de gobiernos provinciales que ven que en esas zonas no van a poder intervenir las multinacionales mineras, con quienes ellos están casados. (Aplausos.) Es una preocupación grande.

          Yo felicito al diputado Bonasso y al defensor del pueblo, que en este momento están haciendo ingentes esfuerzos para revertir esta situación o para poner blanco sobre negro, porque realmente el problema de lectura complicada del que se habla para vetar la ley es exclusivamente un problema de presiones a nivel gubernamental para que esto se cambie. El espacio que ocupa el sistema periglacial dentro de nuestra cordillera está en el orden de la sexta parte de todo el territorio cubierto por montañas, que es una constante a nivel mundial.

          Entonces, dentro de ese sector de esa superficie, ¿cuántos yacimientos tendremos? Yo estoy de acuerdo en que habrá que hacer por otro lado una ley de protección frente a esta minería que nos socava y nos quita las últimas riquezas que le quedan al país, pero debemos defender fundamentalmente esta situación, que es gravísima.

          Yo no los voy a invitar a ustedes a que hagan un viaje para ver cuál es el comportamiento que tiene el sistema periglacial en cualquiera de las áreas cordilleranas, pero como docente los voy a invitar a que hagan una ejercitación en su casa directamente.

Cuando yo les decía recién que el ambiente periglacial es una defensa del ambiente glaciar no les he mentido: abran la puerta del freezer, déjenla abierta y cuéntenme cuánto hielo les queda. (Aplausos.)

 

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