16.224 chicoshan muerto de hambreen 2.028 díasal 9% de crecimiento No lo dijo el Obispo de La Quiaca acostumbrado a convivir con la miseria de su comarca. Ni siquiera Lilita Carrió en sus premoniciones apocalípticas. Lo dijo Juan Carr, hombre de pensamientos equilibrados que ha dedicado su tiempo a trabajar por aquellos que están excluidos, por los que son utilizados para cualquier cosa, martirizados o secuestrados y de los que, salvo la palabra de él y algunos pocos, no existen estadísticas oficiales. Dijo serenamente, quizás para disimular la rabia que cualquier bien nacido sentiría, que por día mueren en la Argentina ocho chicos de hambre y desnutrición, chicos que mueren en las villas, pero también en Chaco y Tucumán, y, por que no, en Salta o en Santa Cruz. Chicos que mueren a lo largo de toda la geografía argentina. Ocho chicos muertos de hambre por día son, desde el 25 de mayo de 2003, 16.224 vidas, esperanzas, amores que se han perdido, son 16.224 seres humanos que - en el País donde sus dirigentes se llenan la boca hablando sobre los derechos humanos - no los tuvieron ni al nacer, ni al intentar crecer y, quizás ni siquiera al morir como el chico - ¿de, cuánto? ¿tres, cuatro, ocho años?, total la desnutrición también sirve para disimular la edad - encontrado días atrás en Buenos Aires envuelto en bolsas de supermercado y cartones. No vamos a empezar con la sanata de “en este país de alimentos, etc., etc.” porque ese verso ya no da para más. En 2.028 días de crecer al 9% hemos logrado los argentinos, TODOS, convertir al País en un pozo de mierda, pero eso si, de mierda en serio como corresponde a un País en serio. Y digo TODOS por que es hora de dejarse de joder con: “yo no estoy con ellos”, “yo soy opositor”, “yo apoyé al campo”, “hay que defender la instituciones”…… Utilizando toda esa basura dialéctica para callar esa nube negra que tenemos por conciencia. Porque si además de hablar supiéramos para que tenemos los huevos, estos tipos, los responsables, los que hacen leyes para ellos y sus amigos se estarían incinerando en helicópteros derribados de mala manera. 16.224 chicos han muertos de hambre en 2.028 días en que el País crecía al 9%. Chicos muertos que seguramente ponen contentos a muchos. Por ejemplo a cuanta puta abortera ande suelta por calles y teatros o pintarrajeando iglesias pues le sirve para justificar que – lógica de Mengele al fin - muertos por muertos hubieran sufrido menos asesinados en el vientre materno. Les sirve a los que no saben que carajo hacer con la seguridad y que consuelan su inutilidad pensando: “bueno, ahí hay 16.224 que no van a “salir de caño””, cada vez que se hacen los distraídos cuando una familia es destrozada por las balas de los desaforados que el paco y la exclusión crearon en 2.028 días de crecer al 9%. Les sirve a cuantos hablan de caridad y se rasgan las púrpuras por los 16.224 chicos muertos mientras crecíamos al 9%, pero que son incapaces de gritar en alarido para denunciar con nombre y apellido a quienes nos llevaron a esto. 16.224 chicos han muertos de hambre en 2.028 días en que el País crecía al 9%, pero ellos no tienen madres ni abuelas que los recuerden en una plaza ¡Que van a tener si por ellos no se pagan indemnizaciones en dólares! Como tampoco tienen una CONADEP que contabilice sus muertes porque, embrutecidos como estamos los argentinos, nos han hecho creer que estos crímenes – y la muerte por desnutrición es un CRIMEN DE LESA HUMANIDAD – se terminaron en 1983. 16.224 chicos han muerto de hambre en 2.028 días en que el País crecía al 9% pero cada vez que alguien cuente esta triste historia será fácil ocultarla pues no faltará un gobernador alcahuete que descubrirá, por quinta o sexta vez un “pozo de arana” para tapar con las muertes de antes la muertes de ahora que también le salpican a él. 16.224 chicos han muerto de hambre en 2.028 días en que el País crecía al 9% pero no tendrán jueces ni defensores oficiales porque estos estarán más preocupados por los derechos humanos de hace treinta años – que les dan fama y dinero – y no por los de unos pobres lúmpenes a los que, según una caracterizada jueza de la Corte, hay – o había - que salvar, no del hambre, no de la falta de oportunidades, no de la exclusión, sino del “gatillo fácil” de la maldita policía. Solo me queda una pregunta porque estamos en crisis y crecer al 9% es, ahora, dominio de los recuerdos argentinos: ¿Cuántos chicos morirán en los 1.093 días que faltan hasta el 10 de diciembre de 2011? Autor: Jose Luis Milia Juan B. Vegué Centro Ciudadano "Nuestros Barrios" |
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