ASAMBLEAS EDITORIAL BOLIVIA

EDITORIAL "ASAMBLEAS EN RADIO"
Lunes 15 de Septiembre
"Asambleas en Radio" es el programa de las ASAMBLEAS DEL PUEBLO
Se emite los lunes y jueves a las 17 hs. por CADENA ECO AM 1530
Dirección periodistica: FERNANDO MARTIN

" BOLIVIA, EL ESPEJO ADELANTADO "


Los terribles acontecimientos que se vienen sucediendo en la hermana república de Bolivia no son producto de un accidente aislado en la politica americana. Tampoco son obra de un grupito trasnochado de nazis exaltados, refugiados en la zona oriental del país. Menos, aún, pueden ser analizados como un revival del viejo conflicto racial entre blancos e indios, coyas y cambas o del enfrentamiento entre autonomistas y centralistas.
Es cierto que en el drama boliviano intervienen todos esos elementos, raciales y políticos, ancestrales, de constitución de la nación boliviana. Pero el problema central que atraviesa a Bolivia tiene más que ver con la crisis internacional del capitalismo yanqui que con toda la amncestransalidad involucrada. En el salvajismo genocida de los escuadrones de la muerte pesan más los intereses de la Banca Lheman Brothers y de sus asociados que el odio a los indígenas.
Sucede que Bolivia es el reservorio de gas natural más grande de América y una de las posibilidades petroliferas más importantes del continente. Sucede que de ese gas barato y accesible depende el desarrollo industrial de todo el gran San Pablo, buena parte de la economía argentina y, de manera triangulada,. la mayor parte del milagro chileno. Sucede, también, que desde hace años, los intereses yanquis en la región intentan exportar ese gas, a través de barcos saliendo de puertos chilenos, para abastecer a San Francisco y Los Angeles y asegurar su provisión barata y segura.
Sucede, también, que los intereses de los capitalistas de Santa Cruz, el Beni, Tarija y las demás regiones separatistas no son compatibles con la solución del hambre, el atraso y la miseria del pueblol boliviano.
De lo que se trata acá no es de una cuestión racial ni de un planteo autonómico
ni de una nostalgia del nazismo. Se trata, descarnadamente, de saber quién se queda con la renta petrolera y gasífera que tiene la nación boliviana, quién se apropia de éste beneficio, quién administra y se enriquece con el recurso energético más escaso y deseado del mundo contemporáneo.
El petróleo bien valió la intervención genocida contra el pueblo iraquí. El petróleo bien vale el apoyo incondicional al racista estado de Israel. El petróleo bien vale la inminente guerra civil en Bolivia.
De eso se trata.
América toda, los pueblos americanos, todos, pueden y deben mirar este sangriento espejo que es Bolivia. Allí se jugará la suerte de todos nosotros. En los montes y en las montañas de Bolivia está naciendo una guerra por ningun pueblo querida pero que el imperio nos impone como señal agónica de quien manda, todavía, en el mundo y de quién, son, todavía, los recursos naturales escasos y caros de la energía y el agua.
Bolivia será, lamentablemente, a América lo que fuera España de 1936 a Europa.
En España toda la derecha europea, desde Hitler a Mussolini, apostó a derrotar a todos los pueblos de Europa que luchaban por construir un destino sin explotación.
El imperialismo inglés y yanqui, que jugaban de demócratas, miraron para otro lado, dejando que los fascistas aplastaran a la república española. Lo mismo harían, años después, ante los campos de concentración mientras los nazis masacraban a judíos, gitanos, sindicalistas y socialistas.
Hoy, el pueblo boliviano paga con sangre el precio de intentar un camino indepen-
diente, soberano, solidario. Sólo los pueblos de América pueden ayudar al hermano pueblo boliviano a ganar la batalla que se le viene encima.
La Cumbre de Santiago de Chile de presidentes de América del Sur sólo servirá para
poner paños fríos en un volcán. La derecha fascista boliviana no será derrotada por patéticos llamamientos pacifistas de nuestros mandatarios. No será con invocaciones a la paz, la cordura y la negociación como serán desarmados los escuadrones de la muerte, las milicias cruceñas, las falanges racistas.
Napoleón, que algo sabía de ésto, decía que la política es el sitio donde la guerra escribe con tinta lo que gana con sangre en el campo de batalla.
El pueblo boliviano no debe esperar demasiado de los lula, los kirchner ni de los bachelet, que a lo único que aspiran es a seguir recibiendo gas boliviano barato. A la larga, no les importará si el que se los garantiza se llama Evo Morales o un dictadorzuelo fascista de Santa Cruz de la Sierra. El imperialismo yanqui también usa contra ellos la sangre boliviana: les está diciendo, a Kirchner, Lula, Bachelet y compañía hasta donde está dispuesto a ir EE.UU. en la defensa de lo que considera sus intereses en el gran patio trasero.
Bolivia es hoy una herida abierta en el rostro de América, que actúa como un espejo
de sangrienta magia adelantando lo que el imperialismo nos depara a todos aquellos que desafiemos sus intereses.
Pero, Bolivia también puede ser el espejo mágico donde la unidad combatiente de los pueblos de la región le dé a éste imperialismo senil, decadente y en descomposición
el golpe final que la historia les reserva a los que, aunque no lo sepan, ya han sido sepultados por la humanidad.
Todos los hombres libres de América tenemos hoy nuestro corazón en Bolivia. Todos los hombres libres de América tenemos una cita, hoy mismo, con la historia, en Bolivia.
Nadie, ningún hombre libre de AMÉRICA puede faltar a ésa cita

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