EL PERDON MAS PODEROSO QUE CUALQUIER ARMA

LA NIÑA DE LA FOTO DE VIETNAM, EN ESPAÑA

Kim Phuc: 'El perdón es más poderoso que cualquier otra arma'

  • El 8 de junio se cumplen 35 años de la imagen que mejor reflejó el horror de Vietnam
  • La famosa niña es embajadora de la Unesco y dirige una fundación de ayuda a la infancia
  • Estuvo 14 meses en el hospital y sufrió 17 operaciones por las quemaduras del napalm
  • A pesar del tiempo transcurrido, aún sufre fuertes dolores en todo el cuerpo
Kim Phuc, durante un acto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. (Foto: M. A:)
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Kim Phuc, durante un acto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. (Foto: M. A:)
Actualizado lunes 04/06/2007 13:27 (CET)
MARTA ARROYO (elmundo.es)

MADRID.- La fotografía de una niña corriendo despavorida por una carretera, desnuda y abrasada por el napalm fue la imagen de la guerra de Vietnam. Y la que mejor ha reflejado el impacto de los conflictos en la infancia. Han pasado 35 años y Kim Phuc, la famosa niña de la foto, ha vuelto a recordar ese horror durante un acto de apoyo a la campaña 'Reescribamos el futuro', de Save the Children.

"El 8 de junio de 1972, todos estábamos escondidos en el templo. Los soldados escucharon a los aviones sobrevolando el lugar y gritaron, ¡corran, corran! Corrí con mis hermanos y mis primos, y cuando me quise dar cuenta había perdido mi ropa, y mi piel empezaba arder. El dolor era tan terrible que perdí la consciencia", ha relatado en un perfecto español la actual directora de una Fundación que lleva su nombre, que entonces tenía nueve años.
Kim sufrió quemaduras en el 65% de su cuerpo, pero Nick Ut, el fotógrafo vietnamita autor de la foto que dio la vuelta al mundo y ganó el Pulitzer en 1973, la recogió, la llevó a hospital y le salvó la vida. Permaneció hospitalizada 14 meses y ha sufrido 17 operaciones, pero sobrevivió.

'Me desmayaba del dolor'

"Yo no sabía lo que era el dolor. Me había caído de la bicicleta alguna vez, pero el napalm es lo peor que puedan imaginar. Es quemarte con gasolina por debajo de la piel. Me desmayaba cada vez que las enfermeras me metían en la tina y cortaban la piel muerta. Pero no morí. Dentro de mí había una niña pequeña y fuerte, que quería vivir", ha señalado.
Si no fuera por las cicatrices que deforman su cuerpo, al verla hoy con su sonrisa permanente y su buen humor, nadie imaginaría su drama personal.
Pero la recuperación no fue fácil. "Tuve lástima de mí misma. Quería ponerme camisetas de manga corta y no podía. Miraba mis brazos y me preguntaba ¿por qué a mí? Llegué a pensar que no tendría novio, ni me casaría, ni tendría un bebé", afirma Kim, quien asegura que logró superarlo "gracias al amor de mi familia y de Dios".
Una vez recuperada, su primer deseo fue volver a la escuela. Soñaba con ser doctora. Sin embargo, el Gobierno decidió convertirla en un icono propagandístico y tuvo que interrumpir sus estudios. "Los soldados venían a buscarme a clase para hacer entrevistas con periodistas extranjeros", explica.
Pero su deseo de aprender logró imponerse y obtuvo el permiso para seguir estudiando en la Universidad de La Habana, donde aprendió el español. Allí conoció a otro estudiante vietnamita, Bui Huy Toan, con el que se casó y se fue de luna de miel a Moscú. En su vuelo de regreso a la isla, la pareja desertó cuando su avión aterrizó en Canadá, donde actualmente residen con sus dos hijos, Tomás y Steven.

Embajadora de la paz

Una de las lecciones que ha aprendido con esta experiencia es a pedir perdón. Sólo al hablar de ello pierde la sonrisa. "Cuando leí la primer vez las palabras de Jesús 'ama a tus enemigos', no sabía como hacerlo. Soy humana, tengo mucho dolor, muchas cicatrices y he sido víctima mucho tiempo. Creí que sería imposible. Tuve que rezar mucho y no fue fácil, pero al final lo logré", afirma emocionada.
En 1996, la Fundación para la Memoria de los Veteranos de Vietnam la invitó a Washington y allí conoció a uno de los pilotos que participaron en el bombardeo de Trang Bang, su aldea. Kim Phuc le perdonó públicamente entre sollozos, convirtiéndose en el símbolo mundial de la reconciliación. "El perdón es más poderoso que cualquier arma del mundo", ha dicho.
Un año después fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad por la UNESCO. En 1997 creó la Fundación Kim Phuc, que se dedica a ayudar con los niños víctimas de la guerra y la violencia en países como Timor, Rumanía o Afganistán, y a defender la educación como la mejor herramienta de futuro.
Según Save the Children hay 39 millones de niños afectados por conflictos armados que no reciben educación, a pesar de que una formación adecuada podría protegerles de males derivados de ella como las minas antipersona o los reclutamientos. La campaña de la ONG pretende proporcionar educación a 8 millones de niños antes de 2010.
La fotografía de Nick Ut ha controlado la vida de esta mujer, frágil como una flor de loto por fuera, pero con una voluntad interior de hierro. Cansada de intentar escapar, Kim decidió trabajar con esta imagen. "Mi foto es un símbolo de la guerra, pero mi vida es un símbolo de amor, esperanza y perdón".
A pesar del tiempo transcurrido, Kim Phuc sufre fuertes dolores de cabeza y corporales. "Me dan masajes y cremas y rezo mucho. Algunas veces me pongo a caminar y canto, para distraer mi mente", ha relatado esta heroína, que no ha dudado en entonar una melodía vietnamita, ante una audiencia estremecida por sus palabras.


enviado por
Nestor Almagro

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