Asunto: Con el riesgo de ser eliminados, se adjunta texto de la carta documento 019608889 de 8 de junio de 2009 remitida al titular del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación y una fotografía, en adjunto, que certifica “como nos dejan” en esta remanida consideración gubernamental de que la inseguridad es una mera sensación.
Fecha: lunes, 8 de junio de 2009, 9:02 pm
Con el riesgo de ser eliminados, se adjunta texto de la carta documento 019608889 de 8 de junio de 2009 remitida al titular del consideración gubernamental de que la inseguridad es una mera sensación. La corrupción desvía los recursos destinados a salud, educación y aumentan las situaciones de pobreza y marginalidad que inevitablemente crean las condiciones para el aumento de las tendencias homicidas de quienes están desposeídos de la mínima garantía de subsistencia. Por lo tanto nada para replicar contra la marginalidad y esto no es nada más ni nada menos que encuadrarlo en que la marginalidad sería el “ejercito” del poder político-gubernamental, que está en condiciones de liquidar los disidentes. Éste ejercito de marginales cumple perfectamente con la misión de someternos, a todas y todos en la Ciudad, a los mismos condicionamientos de un gran campo de concentración y exterminio, reemplazados por las zonas “liberadas” para la real y verdadera ejecución que realizan los marginales. Buenos Aires Argentina 8-6-2009 Ing. Osvaldo V. Buscaya
(Carta Doc. 019608889 de 8 de junio de 2009) Carta abierta Dr. Aníbal Domingo Fernández: 1) El 5 de junio de 2009 alrededor de las 20 horas, acompañado de mi esposa, al abrir la puerta del ascensor en el piso de nuestro domicilio de la CABA, fuimos víctimas de tres homicidas armados, tapándole la boca a mi esposa tomada de los cabellos, resistiendo como podíamos gritando a viva voz pidiendo auxilio, que nos estaban pegando y querían matarnos; que llamaran a la policía. Recibíamos golpes en un forcejeo de minutos con mi rostro ensangrentado mi esposa precipitada escaleras abajo. En el pasillo del piso donde intentaron matarnos se encontró un cuchillo, tipo faca, de regular dimensión con mango claro y en el ascensor una gorra, que la policía recogió. Le enviaré una foto para que vea cómo quedó mi rostro por los golpes recibidos y que no coincide con la remanida consideración gubernamental de que la inseguridad es una mera sensación. 2) Por medio de carta documento 754104325 del 5-12-05 enviada al Jefe de la Policía Federal Argentina, Titulares de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la República Argentina, denunciamos que el 3-12-05 pudimos escapar a duras penas de un intento de asalto y amenazas de muerte, con armas largas de fuego (escopetas) a unos metros de un restaurante del que habíamos salido. Nunca se nos llamó por ese hecho denunciado. 3) ¿La tercera será la vencida y seremos eliminados? Esta degradación social en la República y en la CABA, con excepción de Puerto Madero, como total “zona liberada” pauperiza e incrementa la indigencia, donde se recluta esta verdadera “fuerza de choque” para ser utilizada contra quienes estamos sometidos al arbitrio de los “representantes” que acertadamente han sido definidos, hace un tiempo, como aquellos que si dejaran de robar por un tiempo, la delincuencia o la “fuerza de choque” se reduciría sustancialmente. Esta “fuerza de choque” delictual: enmascarada, emparcantada, barrabizada, villabizada y reclutada para múltiples usos, sería generada por el latrocinio de los “representantes” que usufructúan lo destinado a salud, educación, justicia, etc. Como Ud. no ignora, el Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación promovería la corrupción y la incompetencia existiendo constancia que existirían jueces que dañarían irreversiblemente a las víctimas de delitos y “alientan” a los homicidas. El Poder Judicial y el Consejo de la Magistratura serían responsables de lo que estos homicidas hacen y harán, al protegerlos ésta metodología corrupta que utiliza incluso fraudulentos Informes periciales para sobreseerlos y o absolverlos; a) pueden dentro de un amplio abanico de hechos ir desde el robo, al secuestro, la tortura, la violación, la muerte y acá el vocablo pueden “jerarquiza” a los homicidas que “pueden, dado que poseen el poder similar al de un Estado genocida, en manos de una Corporación Política en el Poder Publico”; b) en el supuesto de haber podido reducirlos o haberlos matado en defensa propia, incluso, con sus propias armas sabemos que: de haberlos reducido y no obstante reunirse los elementos probatorios del debido proceso, saldrían en libertad con las amplías garantías que se les da, solamente, a “los homicidas que tienen el poder otorgado por la Corporación Política en el Poder Publico”, y también sabemos que en el caso de haberlos matado, en defensa propia con sus propias armas, nosotros las víctimas estaríamos entre rejas debiendo soportar todos los perjuicios y daño que implica el hecho, con consecuencias de soportar en nuestra contra hasta un juicio por los familiares de “los homicidas que poseen el poder otorgado por el Estado”. El otro problema es que “los que no podemos”, no estamos protegidos por el Estado como en el caso de “los homicidas que pueden”. Por lo tanto debemos tener la certeza de que en la República Argentina están “los que pueden” y “los que no podemos”. El miedo está constantemente en nosotros, no escapando a nuestro entendimiento las probables represalias sobre nuestras personas y o entorno atento el desorden-ordenado vigente que venimos padeciendo ejemplificado en está incoherente-coherencia vigente de secuestros, desapariciones, muertes, atentados, presuntos “accidentes” en esa zona gris de quienes determinarían la legalidad y la ilegalidad, que obliga a dejar constancia por la presente, pero consciente el suscripto de su insuficiencia en la Argentina actual. Solicitamos la debida y urgente consideración con la reserva de recurrir a la instancia internacional, si antes no logran quitarnos la vida. Sería deseable que los “representantes” tomen real y cabal conocimiento de esta siniestra situación; que el Poder Judicial se ajuste a la verdad y la Justicia, cesando con la protección y encubrimiento de los corruptos; esperando no ser víctimas de la metodología que pregonaba “somos derechos y humanos” y en esta instancia esperamos la urgente solución o ¿deberíamos matar antes que nos maten? 8-6-2009 Ing. Osvaldo V. Buscaya |
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