INFORME SOBRE LAS ANTENAS

INFORME SOBRE LAS ANTENAS DE TELEFONÍA MÓVIL

Desde hace algunos años se están instalando en las azoteas de nuestras viviendas antenas de telefonía móvil. Estas antenas envían y reciben ondas electromagnéticas de todos los teléfonos móviles que se desplazan por su zona. Las ondas emitidas por estas antenas penetran fácilmente en edificios y personas y son absorbidas por el cuerpo humano. Precisamente porque el cuerpo humano funciona en su conjunto como un campo electromagnético, cualquier campo electromagnético externo puede interferir su funcionamiento y producir efectos biológicos devastadores.

Tal es la importancia que tienen para la salud las ondas electromagnéticas emitidas por las antenas de telefonía y los teléfonos móviles que el reconocido investigador Robert O. Becker afirmó recientemente: “No albergo ninguna duda de que en el presente el más grave contaminante en el medio ambiente de la Tierra, más serio incluso que el cambio climático global y la polución química, es la proliferación de las ondas electromagnéticas”.

Ante esto, los representantes de la industria de la telefonía, según manifiesta el biólogo Alfonso Balmorí, “intentan convencernos de que la potencia de las antenas de telefonía es similar a la de cualquier electrodoméstico casero, pero no explican que la corriente alterna de los electrodomésticos, cables y transformadores de uso cotidiano inducen un campo electromagnético estático, que no se proyecta en el espacio y que desaparece a escasos decímetros del aparato. Por el contrario, las radiaciones de las antenas de telefonía móvil viajan alejándose de la fuente y llegan hasta decenas de kilómetros de distancia”.

De igual manera, las operadoras de telefonía, como no pueden demostrar que las radiaciones emitidas por las antenas y los teléfonos móviles son inocuas para la salud, ya que no existe ni un solo científico que se atreva a certificarlo, nos intentan tranquilizar diciendo que los niveles a los que emiten están dentro de la ley. Y esto puede ser cierto o no. Pero lo que no dicen, en cambio, es que mientras que la ley española les permite que las emisiones lleguen hasta los 450 microwatios por centímetro cuadrado para frecuencias de 900 MHz, otras naciones, siguiendo recomendaciones científicas y médicas han recortado drásticamente dichas emisiones. Así, por ejemplo, Suecia no permite emisiones por encima de los 2´2 microwatios por centímetro cuadrado ; Italia, 10 microwatios ; Austria, 10 microwatios; Suiza, 4´2 microwatios; Rusia, 2´4 microwatios; Polonia, 10 microwatios, etc. Incluso, dentro del propio territorio español, algunas Comunidades Autónomas, como Castilla La Mancha no permite emisiones por encima de los 10 microwatios por centímetro cuadrado, en las denominadas “zonas sensibles”. Es más, los científicos más destacados en el tema reunidos en Salzburgo recomendaron a las autoridades sanitarias no exceder de 0´1 microwatios por centímetro cuadrado. Pues bien, si en Suecia funcionan correctamente los teléfonos móviles sin exceder de los 2´2 microwatios por centímetro cuadrado ¿por qué aquí se permiten nada menos que emisiones de 450 microwatios?

Por otro lado, las operadoras dicen no comprender la preocupación ciudadana por el tema. ¿Cómo no va a estar preocupada la población cuando la propia ley habla de “límites de seguridad”, “áreas sensibles” etc.? Si realmente las ondas electromagnéticas no son nocivas para la salud, ¿por qué se habla de “límites de seguridad” o de “áreas sensibles”? ¿Cómo no va estar preocupada la población cuando se tiene constancia , porque así lo han declarado, que las principales compañías aseguradoras se niegan a asegurar a sus clientes frente a los daños sanitarios derivados del uso de la telefonía móvil?¿Cómo no va estar preocupada la población cuando la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer en la Clasificación de las Sustancias Carcinógenas, incluye las ondas electromagnéticas en la categoría de “posible carcinógeno en humanos”(grupo 2B).

Precisamente y referente a la influencia de las ondas electromagnéticas en la salud, los últimos resultados científicos son demoledores. Así lo demostró el denominado Estudio REFLEX, en el que participaron durante cuatro años doce equipos de científicos de siete países de la Unión Europea y que concluye que las ondas electromagnéticas emitidas por las antenas de telefonía y los teléfonos móviles “producen daños genéticos y celulares”. Tras esta investigación, que ha hecho temblar a las operadoras de telefonía, la relación de las ondas electromagnéticas con el cáncer es más que sospechosa.

No obstante, estos resultados no son tan novedosos como puede parecer. Existen en la literatura científica sobre el tema miles de investigaciones que relacionan las ondas electromagnéticas con diferentes trastornos de la salud. A modo de ejemplo citaremos sólo algunos de ellos:

La doctora Jocelyn Lleal y su equipo del Servicio de Bioelectromagnetismo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, demostró ya en 1995 que las citadas radiaciones aumentaban de forma muy significativa la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, permitiendo la entrada de sustancias perjudiciales en el cerebro. Este alarmante descubrimiento fue constatado posteriormente por el profesor L. Salford de la Universidad de Lund (Suecia) quien manifestó que “no podemos excluir que después de algunos decenios, una generación completa de usuarios pueda sufrir efectos negativos a una edad mediana”.

El estudio del biólogo italiano Fiorenzo Marinelli y su equipo del Consejo Nacional de Investigación de Bolonia, según noticia difundida por Europa Press, “vincula las radiaciones de las antenas de telefonía móvil con una mayor agresividad de las células tumorales y comprueban que las células de leucemia expuestas a estas radiaciones se multiplican mucho más que las mismas células cuando no se exponen a estas radiaciones”.

El profesor José Luis Bardasano, director del Instituto de Bioelectromagnetismo de la Universidad de Alcalá de Henares, relata que debido a las ondas emitidas por las antenas de telefonía “hay una alteración del funcionamiento de la glándula pineal encargada de producir la melatonina – un potente anticancerígeno ”.(El Mundo, 30-12-2001)

El profesor Mayayo de la Universidad Rovira y Virgili de Barcelona, junto con sus colegas de la Universidad de Nancy (Francia) concluye en su investigación que las ondas electromagnéticas emitidas por las antenas de telefonía “inducen la formación de tumores linfoides en los diferentes órganos de los ratones expuestos a estas radiaciones”.

● Desde el punto de vista epidemiológico, el estudio alemán de Eger et al., afirma que “el riesgo de contraer cáncer se multiplica por 3,29 en un radio de 400 metros de una antena de telefonía”. De manera semejante se pronuncian los investigadores israelíes que concluyen en su estudio que “el riesgo de padecer cáncer se multiplica por 4,15 veces entre los habitantes situados en un radio de 350 metros de una antena de telefonía. (Wolf y Wolf, 2004)

Aparte de los estudios científicos, también son numerosos los pronunciamientos de médicos e investigadores de todo el mundo. A modo de ejemplo citaremos algunos de ellos:

Resolución de Catania (Italia, septiembre de 2002), donde los científicos participantes comunican la existencia de “efectos adversos para la salud debido a las ondas electromagnéticas”.

Declaración de Alcalá (2002) en la que profesores y científicos manifiestan que “el cuerpo humano es un complejo electroquímico de exquisita sensibilidad, cuyo funcionamiento ordenado puede verse interferido por la radiación incidente de las microondas, modificando de esta manera la respuesta del organismo”.

Manifiesto de Friburgo (Alemania), firmado actualmente por más de 1000 médicos alemanes especialistas en enfermedades medioambientales, denunciando la “relación de las ondas emitidas por las antenas de telefonía móvil con enfermedades como cánceres (leucemia y tumores cerebrales), enfermedades cerebrales degenerativas y descontrol de la presión arterial”.

Resolución de Benevento (Italia, febrero de 2006), donde más de 100 científicos advierten de que “los campos electromagnéticos en los actuales niveles de exposición causan efectos adversos en la salud de las personas”.

Llamamiento de Bruselas (enero de 2007), firmado por cientos de médicos que demandan una reducción drástica de los niveles de exposición actuales (pasar de 60 voltios/ metro a 0,6 voltios/metro) por considerar que estos valores “constituyen un riesgo elevado para la salud”.

Estudio epidemiológico del Ministerio de Sanidad de Austria ( febrero de 2008), dirigido por el doctor Gerd Oberfeld, que concluye que “el número de cánceres en el área estudiada disminuye a medida que aumenta la distancia de las antenas de telefonía de las zonas habitadas”.

En cuanto a la telefonía móvil y los menores, existen a nivel internacional innumerables recomendaciones, desaconsejando el uso del teléfono móvil para los niños y adolescentes. Así se manifiesta en Informe Steward, Reino Unido (abril, 2000); la Academia Alemana de Pediatría (diciembre, 2000); el Bundesamt fur Strahlenschutz, organismo para la Protección de las Radiaciones en Alemania (julio, 2001); el Ministerio de Medioambiente de Bangladesh (junio, 2002); el Comité Nacional Ruso para la Protección de las Radiaciones No Ionizantes (septiembre, 2001). En nuestro país, en cambio, y a falta de recomendaciones claras y valientes, el teléfono móvil sigue siendo el regalo estrella para los más pequeños.

Para finalizar esta breve exposición diremos que el profesor Soffritti y su equipo de 30 científicos, investigadores todos ellos del Centro de Investigación del Cáncer de la Fundación Ramazzini, un instituto reconocido mundialmente por sus estudios sobre productos cancerígenos, está desarrollando una macroinvestigación con 7.000 roedores ante el “potencial riesgo cancerígeno a causa de los campos electromagnéticos”. (Revista Muy Interesante, de septiembre de 2005).Según los autores de la investigación no se podrán conocer los primeros resultados hasta dentro de algunos años. Si esta investigación se está realizando actualmente, utilizando el sentido común, podemos afirmar que por la misma razón todos los ciudadanos expuestos a las radiaciones de las antenas de telefonía móvil formamos, al igual que los ratones, parte de un gran experimento cuyo final desconocemos. Por este motivo, ante las contundentes evidencias científicas y ante los estudios en curso, el grupo político de LOS VERDES exige a las Autoridades Municipales y a las Autoridades Sanitarias, la defensa a ultranza del “principio de precaución“ promovido por la Organización Mundial de la Salud y la información imparcial y actualizada sobre las últimas investigaciones sobre el tema, ya que mirar para otro lado o no decir la verdad, no la hace desaparecer, simplemente la oculta por un tiempo limitado.

Jesús Tábara Carbajo (Secretario Provincial de Medio Ambiente de LOS VERDES de León y Portavoz de la Plataforma Leonesa de Afectados por las Antenas de telefonía Móvil)

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