FIEBRE AMARILLA- OTRA CONSECUENCIA DE LA ALTERACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS

Fiebre Amarilla Otra consecuencia de la alteración en los ecosistemas.

Enviado por: "Guillermo A Sarubbi" arqgasarubbi@netizen.com.ar
Viernes 22 de Febrero de 2008

Ecología

La reaparición de Fiebre Amarilla

Otra consecuencia de la alteración en los ecosistemas.


Resulta inquietante la información que nos llega acerca de las muertes producidas en el vecino Paraguay, como consecuencia de la tan temida Fiebre Amarilla.
Pero bueno es saber, que la aparición de esta enfermedad no es un fenómeno natural, sino el resultado del daño ecológico ocasionado por la progresiva destrucción de bosques y selvas en las regiones tropicales, especialmente donde abunda el mosquito vector causante de la misma. La Fiebre Amarilla también llamada «plaga americana», es una enfermedad viral aguda e infecciosa causada por el virus que pertenece a la familia de los flaviridae y del género flavivirus amaril. Es una causa importante de enfermedad hemorrágica en muchos países del tercer mundo como los que se encuentran en Africa y Sudamérica. Se denomina amarilla por los signos de ictericia que presentan muchas personas al contraerla. Este virus es transmitido por el elemento vector que es el «aedes aegypti», el cual abunda en zonas húmedas, alrededor del agua estancada y sólo pican durante el día.
La deforestación de bosques y selvas se realiza fundamentalmente para la explotación sojera y ganadera, fomentada por los actuales modelos agroexportadores. En Paraguay las tierras devastadas por la tala de bosques, especialmente en la región occidental, fueron destinadas para los fines anteriormente citados. Este hecho facilitó la migración hacia las zonas pobladas, de los mosquitos transmisores del virus de esta enfermedad, los que se encontraban naturalmente en las selvas Debemos recordar que la Fiebre Amarilla ha sido causa de epidemias implacables en el pasado. A pesar de la costosa y sacrificante aparición de conocimientos científicos provenientes del Médico cubano Carlos Finlay y el norteamericano Walter Reed, entre otros científicos, en los últimos 100 años varias poblaciones no vacunadas, fundamentalmente de naciones en vías de desarrollo de Africa y Sudamérica, continúan en grave riesgo.
Para el 2001, la OMS (Organización Mundial de la Salud), estimó que la Fiebre Amarilla causaba 200.000 enfermedades y alrededor de 30.000 muertes anuales, en poblaciones no vacunadas. También la OPS (Organización Panamericana de la Salud), llama a incrementar en forma urgente los controles por Fiebre Amarilla.
Como siempre suele ocurrir, las personas de los países más empobrecidos siguen siendo las principales víctimas de estas enfermedades mortales, en caso de que exista propagación, esto es producto de la falta de políticas de prevención, de la deficiente cobertura sanitaria (que incluye la carencia de vacunas) y de adecuada información a los pobladores, pero por sobre todas las cosas la falta de conciencia ambiental. La Fiebre Amarilla, el Dengue y la Malaria son ejemplos de enfermedades que reaparecen como consecuencia de desequilibrios en los ecosistemas producidos por la actividad humana.

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