Documento Acto de Desagravio a San Martin



Acto de desagravio a San Martín


El 19 de enero de 1817, apenas 6 meses después de que se declarara la Independencia en nuestro país, el Gral. José de San Martín emprendió el histórico Cruce de los Andes, para dar la libertad a los hermanos países de Chile y Perú.

Atrás quedaba el arduo trabajo de preparar un ejército capaz de vencer a las tropas realistas asentadas en gran parte de Latinoamérica, esa Patria Grande que fuera el sueño del Libertador y de los revolucionarios americanos. Adelante, les esperaban las escarpadas cumbres de nieves eternas, los precipicios traicioneros, el frío y el viento helado que penetraba los ponchos y taladraba la piel. 5.400 hombres lo acompañaban: esclavos libertos, indígenas, mestizos y todo un plantel de voluntarios que compartían el sueño americanista del General.

La mente visionaria de San Martín ya había vislumbrado una nueva realidad. Más allá de la derrota de los españoles, que era la gesta que ahora emprendía, el Libertador iba tras un sueño aún más ambicioso: él ya pergeñaba la construcción de la Patria Grande, un nuevo e inmenso territorio de pueblos unidos por lazos de sangre, de tradición, de idioma, de historia; una región sin fronteras, unida por lazos de hermandad, por vínculos fraternos, por ideales comunes de solidaridad, de justicia, de libertad y futuro compartido.

Para lograr este sueño no importaban los sacrificios que fueran necesarios. No incidieron los peligros agazapados que las altas cumbres encerraban, las vidas que seguramente se perderían, los sufrimientos que la inmensa gesta traería consigo. Ni siquiera contó la quebrantada salud del General, que cruzó la imponente cordillera a pesar de su enfermedad y los dolores lacerantes que ésta traía. Todo estaba justificado, con tal de concretar el ideal de la libertad, la independencia y el resultado final de la Patria Grande.

Esta gesta, considerada como uno de los grandes hitos de nuestra historia, así también como una de las mayores hazañas militares de la historia universal, culminó cuando el Libertador llegó a Chile tres semanas después. En el hermano país le esperaban triunfos y derrotas. En los campos de batalla quedaron los cuerpos de cientos de criollos, de cientos de heridos y de inmenso dolor. Pero todo se vio recompensado al lograr vencer el Ejército de los Andes a los ejércitos realistas. La bandera celeste y blanca, entrelazando sus colores con los de la enseña chilena, flamearon orgullosas sobre el sur del territorio americano: Chile, y luego Perú, lograron por fin su independencia. El imperio español había sido herido en lo más profundo de su esencia, y ya no lograría levantarse de su caída americana. La ruta de la liberación, a través de la cordillera de los Andes, había sido trazada.

Casi 200 años después, otro enero, pero de 2010, otro cruce de Los Andes fue concretado. Pero esta vez no fue ni en nombre de la independencia ni de la libertad, sino todo lo contrario. Esta vez fue el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, quien cruzó la cordillera, tratando de emular aquel glorioso cruce de los Andes que realizara el Libertador de América.

En enero de este año Gioja cruzó otra vez, como desde hace 6 años, la cordillera de los Andes. Pero algo de innoble y de traicionera novedad se imponía. A las tradicionales banderas argentina y chilena esta vez se sumaba otra, que nunca antes había ofendido al blanco de la nieve cordillerana: la bandera canadiense flameó insolente en las altas cumbres de nuestra patria. Esta bandera había seguido aquella ruta que alguna vez fue la ruta de la liberación, pero que ahora se ha convertido en la ruta del saqueo.

El funcionario era acompañado por periodistas y militares argentinos y chilenos. Pero otra presencia inesperada también fue novedad en la caravana: el embajador canadiense, Timothy Martin, invitado de honor de Gioja.

La foto de esta inusual travesía ya ha recorrido el país de sur a norte. Y ese viaje afirma lo que sabemos desde hace años: en la frontera entre Chile y Argentina existe un tercer país, cuya propiedad ha sido cedida a la empresas mineras, representadas fundamentalmente por la canadiense BARRICK GOLD. Y la bandera canadiense que acompañaba a Gioja representa la entrega que a estas empresas se ha hecho de un pedazo de nuestra soberanía.

El gobernador volvió sobre los pasos del Libertador, es cierto. Pero los objetivos del funcionario sanjuanino estaban muy lejos del espíritu emancipador y del objetivo independentista que reunió a los líderes sudamericanos en 1817. Esta vez, la bandera canadiense representa la tierra, el agua, los bienes comunes entregados a la explotación, contaminación y saqueo que realizan las mineras canadienses asentadas en los yacimientos Veladero y Pascua Lama. A su vez, la Barrick Gold es, por antonomasia, la minera que encarna este saqueo, esta contaminación y esta entrega.

Y un párrafo aparte merece el veto a la Ley de Protección de los Glaciares, realizado por la presidenta de la república, en lo que fue conocido como "el veto Barrick Gold". Esa acción fortaleció a las mineras ya instaladas, y abrió la puerta para que decenas de otros megaemprendimientos estén desembarcando en nuestra cordillera en este momento. Más tarde, su viaje a Canadá le permitió reunirse con nuevos emprendimientos mineros, a los que les prometió todo tipo de beneficios extraordinarios.

Volviendo al gobernador de San Juan, con esta entrega él ha incurrido en traición a la patria. Este funcionario ha faltado al juramento que hizo al asumir su cargo, que era servir a la patria en todo lo que estuviera a su alcance.

Pero además, Gioja, con su viaje "siguiendo los pasos del Libertador San Martín", acompañado por un representante del país que nos está saqueando y contaminando, y haciendo flamear la bandera voraz de las mineras, ha ofendido profundamente la memoria del General San Martín. Es un oprobio, es una vergüenza que, invocando el nombre de quien fuera el Libertador de América, este gobernante haya hecho exactamente lo contrario de lo que propuso nuestro máximo prócer: donde San Martín escribió "liberación", Gioja garabateó "dependencia"; donde el Libertador puso sacrificio y generosidad, el gobernador sanjuanino puso intereses personales para su propio beneficio; donde San Martín liberó territorios a costa de sangre criolla, Gioja aplaude la entrega de esos mismos territorios; donde el General renunció a todo merecido honor, Gioja se llenó de inmerecidas felicitaciones por ser un funcionario servil y obsecuente.

Es por eso que hoy estamos acá: para hacer un Acto de Desagravio a nuestro Libertador, cuya memoria ha sido mancillada. ¿Qué hubiera dicho San Martín si hubiera podido ver esa travesía innoble que realizó un funcionario argentino acompañado por un representante del imperio? ¿Qué hubiera hecho el General con un traidor a la Patria? Hoy nos juntamos frente a este monumento para enaltecer, para resaltar las virtudes de quien entregó todo para la libertad y la independencia de media Latinoamérica. Hoy es un momento propicio para remarcar el rumbo fijado por San Martín en su sueño más preciado: la libertad de nuestra patria, la integridad territorial, la independencia de toda la Patria Grande, la ruptura de los lazos de dependencia de toda potencia extranjera, el resurgir de toda América Latina a un futuro digno para sus hijos. Hoy, desde la provincia más sanmartiniana de todas, decimos más que nunca: su sueño aún es nuestro norte, General.

HOY ESTAMOS AQUÍ CONVOCADOS POR LA

COORDINADORA POR EL AGUA Y LOS BIENES COMUNES.

La Coordinadora, un conjunto de ciudadanos preocupados profundamente por el agua y los bienes comunes, pertenecemos a diferentes organizaciones sociales, asambleas ciudadanas, partidos políticos, sindicatos, centros de estudiantes, y todo otro tipo de colectivos.

Pero la novedad no está dada por nuestras particularidades o diferencias, sino por lo que nos une: una carrera contra reloj para salvar nuestra agua, nuestros ríos, nuestros acuíferos y todos nuestros bienes comunes. La voracidad de los megaproyectos mineros a cielo abierto que se están instalando a lo largo de nuestra cordillera, favorecidos por las políticas de los gobiernos nacional y provinciales, está poniendo a todos nuestros bienes comunes en peligro.

Las mineras dinamitan y trituran cerros completos, hacen flotar sus partículas en cantidades siderales de agua y luego echan toneladas de químicos de alta toxicidad para que los metales, que normalmente se hunden, vayan contra su naturaleza y floten.

Y sí, todo es cuestión de flotación: de mantener a flote una economía capitalista cuyo principal fin es el lucro excesivo de pocos al precio de la marginación, también excesiva, de muchos. Más bien: de muchísimos. Este sistema económico ha convertido todo en recursos: recursos naturales, recursos humanos. Todos ellos son para extraer lucro, al precio que sea: los seres humanos se transforman en recursos humanos y son para explotar su mano de obra y extraer más y más ganancias al menor costo posible, con la consecuencia de la pobreza y la exclusión de tantos; por otro lado, los bienes naturales dejan de ser tales para convertirse en recursos naturales y están también ahí para su extracción indiscriminada sin pensar en los costos a corto o largo plazo, sin pensar en las generaciones futuras, que carecerán por completo de aquello que hoy este sistema dilapida. Algunos recursos naturales, como por ejemplo los metales, son en muchos casos para los objetos suntuarios de poquísimos, o para la acumulación en los bancos, al costo de dejar muchísimos otros seres humanos en medio de la contaminación, de su medio ambiente totalmente esquilmado y destruído, de sus recursos hídricos envenenados, irrecuperables o extinguidos.

Es por eso que hoy la Coordinadora por el Agua y los Bienes Comunes ha venido a decir BASTA:

BASTA a los proyectos de la megaminería contaminante que solo dejarán destrucción, contaminación y muerte.

BASTA a la extracción de nuestros bienes comunes por parte de megaemprendimientos transnacionales que nada le dejarán a nuestro país.

BASTA a los funcionarios que venden sus conciencias al mejor postor y sancionan las leyes hechas a la medida de los intereses de los poderosos.

Hoy la Coordinadora por el Agua y los Bienes Comunes ha venido a decir que NO:

NO a la ruta sanmartiniana transformada en la nueva ruta del saqueo.

NO al proyecto minero San Jorge.

NO al proyecto de Potasio Río Colorado

NO a la futura explotación de uranio mediante medios contaminantes en Huemul.

NO a los funcionarios que cometen traición a la Patria

NO al saqueo

Hoy la Coordinadora por el Agua y los Bienes Comunes ha venido a decir que SÍ:

SÍ al agua pura, a nuestros manantiales limpios, a nuestras napas subterráneas no envenenadas

SÍ a la vida

SÍ a la defensa irrestricta de nuestra Ley 7722.

SÍ al ejercicio de nuestra soberanía

SÍ a usar responsablemente los bienes comunes, a fin de poder traspasarlos, el día de mañana, para el disfrute de nuestros hijos, nuestros nietos, y las generaciones futuras.

COORDINADORA POR EL AGUA Y LOS BIENES COMUNES.

Mendoza, 17 de agosto de 2010


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